domingo, 22 de septiembre de 2013

Capítulo 32.

El roce de sus manos sobre mi torso me estremecía y me excitaba al mismo tiempo, sus manos bajaban ágiles hasta lugares en los que nunca había sentido tanto placer y sus labios recorrían mi pecho desnudo sin misericordia; mis uñas se enterraban en su espalda ante las caricias que se volvían cada vez más atrevidas y le dejaba marcas que serían difíciles de borrar, mientras que con mis labios recorría su cuello y mordía su oreja, haciéndolo gemir a la par que yo cuando mis manos inquietas recorrían a cabalidad su espalda.

Sentí su sonrisa mientras ocultaba su rostro en mi pelo y me tomaba de la cintura inquieto, yo también sonreí complacida al sentirlo completamente mío. Mío, de nadie más. Abrí mis piernas extasiada y las entrelacé en su torso, mientras él recorría mis curvas con la punta de sus dedos, haciéndome estremecer más de lo que ya me había estremecido antes, ahora prácticamente temblaba. No era el frío, ambos teníamos bastante calor, era su roce, sus labios sobre mi piel pálida, su increíble fuerza controlada por mí y su aroma… me embriagaba en él.

De pronto se acercó totalmente cortando con cada espacio que existía entre los dos, y a los pocos segundos nuestros cuerpos se movían a la vez, porque éramos uno y nada podía cambiar eso ahora. El placer que recorría mi cuerpo sistemáticamente era inmenso y no pude evitar gritar cuando llegó a su punto máximo, cuando ambos llegamos, porque tuve que hacerlo, porque solo él me ponía así y era imposible darle lo mejor de mí cuando él me daba tanto y más.

Mis dedos se enterraron entre su pelo húmedo y bajaron sin compasión hasta bien entrada su espalda, dejando una marca de uñas bastante evidente y de la cual yo tampoco me había librado. Ya era todo. Todo y nada, porque todo había quedado reducido a eso. Nada. Nada de la cual teníamos que empezar de nuevo, de la cual surgiría algo más, algo renovado y fuerte, indestructible.

Pensé por unos instantes de razón. Qué estúpida podía ponerme cuando la pasaba tan bien.

Estaba recostada sobre su pecho, respirando acompasadamente mientras deslizaba mis dedos por su piel haciendo formas infinitas y cambiantes que expresaban el éter de su mente. John me acariciaba el cabello y cantaba en mi oído una melodía que no había escuchado nunca y que me parecía perfecta.

John: “So I hope there'll come a day when you'll say, mmmh, you're my little girl…”

Yo: I’m you’re little girl, Johnny. – suspiré entre sus brazos – I’ve always been yours…

Él me besó la frente y me apretó más contra sí, mientras mirábamos los tonos rojizos y cálidos tomarse la pradera, ignorantes de todo lo ocurrido allí la noche anterior.

Yo: Nunca había escuchado esa canción antes. – murmuré besándole el pecho.

John: Es porque antes no existía, acabo de inventarla para ti. – suspiró. – Bueno, de hecho ya llevaba algo antes, pero acabo de terminarla. ¿Te gusta?

Yo: Me encanta. – dije estremeciéndome contra él. La había hecho para mí. La había creado sólo para mí y eso me hacía sentir tantas cosas… - Se parece a las que te cantaba tu madre.

Él asintió.

John: Las dos mujeres a las que he amado más que a mí mismo.

Yo: Te pones tan sentimental a veces Johnny…

John: No te acostumbres.

Nos reímos y casi dolorosamente nos separamos, pero el frío de las madrugadas empezaba a hacer efecto y que estuviéramos ahí desnudos a la intemperie no ayudaba nada, así que nos vestimos con rapidez – de hecho estuvimos a punto de volver a caer, pues vestirnos mutuamente era algo supremamente erótico. – y salimos de aquel lugar que si antes era mágico, ahora era inmortal, pues ahora era dueño de nuestras memorias y de nuestra alma.

Pasó su brazo por mi cintura y yo lo abracé, dándonos calor mutuamente para enfrentar ese frío mortal; caminamos rítmicamente por las calles de Liverpool, hacia la casa que tanto había vivido y que había sido testigo de tanto.

Recordé nuestro primer beso, aquel día entre plumas e inocencia rota, sus palabras y las mías haciéndole eco. “Esto no puede pasar”.

Pues ya había pasado, maldición.- pensé estremeciéndome. Ya era algo que no se podía cambiar y de lo que dependería nuestro futuro a partir de ahora.

***************************************************

EL tiempo pasaba y Hamburgo era una realidad casi palpable, lo que provocaba una oleada de emociones entre todos los que hacían parte de ella.

Por mi parte y ante la insistencia de John, había conseguido un programa de intercambio que también me llevaría allí y que de hecho, me haría partir unas semanas antes que ellos, por lo que me empeñé en aprender algo de alemán y en presumírselos apenas pasaban por mi lado, quienes no es molestaban en esconder su evidente fastidio cuando hacía eso.

Y de la nada, llegó el día en el que me iría definitivamente a la antigua Alemania, donde unos años antes había vivido Adolf Hitler y provocado una catástrofe mundial. Lo siento, era inevitable asociarlos.

Subí con mis maletas a la sala, en donde me esperaba John con la mirada perdida entre la ventana y sus pensamientos. Apenas llegué, se apresuró a tomarme de la cintura y acorralarme contra la pared del pasillo, besándome con fiereza y recorriendo mi cuerpo con sus manos, provocándome varios suspiros mientras le devolvía el beso con igual pasión, llegando incluso a desabrocharle varios botones.

Los pasos ágiles de Mimi por la escalera nos hicieron separarnos, pero no nos dolió demasiado, la noche anterior John se había escapado hasta mi nuevo cuarto y se había despedido apropiadamente. Aún así, mordió mi labio inferior con fuerza antes de separarse definitivamente de mí.

Mimi: Oh Martha, no sabes la falta que vas a hacerme… - empezó sin ni siquiera haber acabado de bajar las escaleras y encontrarse conmigo sonrojada y con John despeinado y acalorado. – Pero mírate, ¿qué le pasó a tu labio?

Yo: Uhm, los nervios… tú sabes que me gusta morderme los labios, esta vez creo que se me fue un poco la mano. – inventé. John dejó escapar una risita.

Mimi: Ay querida, ten más cuidado. – sonó una bocina de auto afuera de la casa. – Vamos, vete ya antes de que te lo impida definitivamente. Promete que me escribirás.

Yo: Cada semana – respondí con una sonrisa y abrazándola con fuerza. John en seguida pasó a despedirse de mí “oficialmente” y me abrazó con más fuerza que Mimi, dejándome sin aire.

John: Te amo. – susurró de forma que solo yo pudiera escucharlo y luego de rozar sus labios en mi oído, me soltó. Mimi lo miró reprobatoriamente.

Mimi: Por Dios Winston, abróchate esos botones que pareces un vagabundo, y no aprietes tan fuerte a tu hermana, mira que la has acalorado. ¡Sé considerado!

John: Claro, claro Mimi. – respondió él sin apartar su mirada de la mía. – Cuídate monstruo, nos veremos en unas semanas.

Yo: Espero que no. – reí siguiéndole el juego. Mimi también rió y él me miró sospechosamente, pero lo calmé con una leve sonrisa.

Mimi: Ya vete. Cuídate mucho.

Yo: Eso haré. – respondí y saliendo luego de mucho tiempo, empaqué las maletas en el auto. Las chicas que me acompañaban en el intercambio, me instaron a subir con rapidez y arrancamos de inmediato.

X: Tenemos que hacer una parada antes, espero no te moleste. – soltó una de ellas con una sonrisa misteriosa que no alcancé a entender, pero asentí sin ponerle mucho drama.

Nos detuvimos en frente de la casa de los McCartney y se me heló la sangre. Ahí al frente, estaba Paul esperándome. Se acercó al auto y le guiñó el ojo a una de ellas.

Paul: Gracias Lizzy.

Lizzy: Siempre que quieras, Paulie. – respondió la rubia extasiada.

Paul me miró de frente.

Paul: Por favor, bájate un momento Martha.

Yo: ¿De qué se trata todo esto?

Paul: Serán unos minutos. Te lo ruego.

Me bajé de mala gana y ni bien me hube estabilizado en tierra firme, me tomó del brazo y me apartó del vehículo, lejos de la mirada de las chicas curiosas, detrás de unos arbustos.

Yo: Paul, no sé si sea buena idea esto…

Paul: Escúchame Martha…

Yo: No Paul, no necesito reproches ahora. Debo irme. – dije tratando de escabullirme, pero él me tomó con fuerza de los hombros y me miró fijamente unos segundos. Sus ojos expresaban tristeza y una angustia indescriptible que no supe asociar a nada, y luego me abrazó. Lo abracé de vuelta.

Yo: Adiós Paul.

Paul: Te amo. – murmuró de forma casi imperceptible en un quejido. Parecía como si le doliera confesarlo. Me separé de él confundida y lo miré a los ojos.

Él se inclinó y me besó. Fue un beso dulce, lleno de angustia, pero aún así cálido. Tardé unos segundos en apartarlo de mí, estaba demasiado sorprendida.

Yo: John… - musité. Él negó con la cabeza.

Paul: Jamás se enterará.

Y luego soltándome, me dejó en medio del remolino de mis pensamientos mientras lo veía alejarse con pasos apresurados de quien huye de la muerte.

Los pitidos insistentes del auto me devolvieron a la realidad y fui de inmediato hacia allá, encontrándome con las miradas inquisitivas de las otras chicas. Pero ignoré todas sus preguntas y me concentré en el paisaje que corría por la ventana.


No pensaba. Mi mente era una laguna en la cual había olvidado cómo nadar.

Bien, bien, aquí está lo que faltaba. Espero les guste.
Que raro subir tan temprano e.e Cuídense. 
Bye ;)

10 comentarios:

  1. QUE CARAJOS!!!! no puedo permitir que esta mier*a pase!! no! Paul no estarà con martha nunca!!!!
    Bueno, eso fue mas rápido de lo que pensé.

    Sube tarde loca. Cuídate <3

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  2. Dios! Martha es una loquilla!
    Falta que Ringo se enamore de ella y que George la bese! ¿Acaso es grupi? Okno Bien Martha! Tú echate a todos los beatles no importa!

    Okya me voy, suban pronto chicas. Saludos y sigan bellas. ^^/

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  3. regreso triunfalmente a blogger declarando el imperio de mis fics para que ustedes me traumen con esto :c pero si Paul y Martha son bonitos :c ellos deben de estar juntos---ñee es una trampa Martha no caigas DD:< Si...comentario corto..pero me he prometido a mi misma que no debia dormir hasta subir capitulo e.e o hasta que me de extremadamente mucho sueño DD: pero no se e.e bueno me largo...si lo se es bueno tenerme de vuelta...ya adios :33

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  4. what? no! fucking paul! cuando todo viene bien él viene a cagarla, si te fijas, es así en todas las fics, paul siempre arruina todo!
    MALDICIÓN esa primera escena fue.... uf.... hace calor o solo soy yo? jajaja gracias gracias gracias por subir tan pronto me ha encantado es perfecto y ahora sigue hamburgo, HAMBURGO las cosas que pueden pasar ahí!
    bueno, saludos y las dejo, suban pronto!

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  5. PERFECTO! necesitaba este capítulo para declarar que esta fic es perfecta jajaja ok sí.

    John es tan asfdads y me encanta. Paul es lo mismo y ahhh.
    Obvio Martha debe de quedarse con John. Paul no es para ella pero me encanta este tipo de dramas. ;)

    Cuídense mucho❤️. Saludos. :)

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    1. John y Matha John y Matha John y Matha John y Matha!!!!!!!! Te apoyo Ximm ;D

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  6. PERO QUÉ, ¡NONONONO! PERO, qué, no. Martha es de John, no *se pone a llorar* POR QUÉ CARAJOS PAUL, qué te sucede maldito. No te das cuenta que la mujer ya hasta se acostó dos veces ;-; bueno, eso qué.

    Me gustó lo del principio, (????? casi no puedo leer a un John cursi en las novelas de por aquí, me agrada la idea de que sea así, tan romanticón.

    ¡Por favor, tienes que subir pronto!
    Cuídense.


    ;-;

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  7. Bien... ¿BLOGGER CAMBIÓ!¿? MALDITA SEA! ME CARGA CUANDO HACE ESO!!, está en la pubertad como Jean o qué? XDDDDDDD DIOS! no me gustaría ser Martha, se ha metido en un lio terrriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiibleeeeeeeeeeee D:

    Pobre Paul.. él es más.. decente? XDDDD

    Dugh, ¡POR FIN PUBLICAS! ailobiooo XD dfhgjksl <33<3 dale publicidah a mi ficccccccc :C fjdkghdksl esoyachao *u* cuídates!

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  8. Les digo algo???, yo no quiero que Martha este con John, yo quiero que este con Paul, no solo porque Paul es mi favorito, sino porque John es un imbecil y siempre la caga, ademas, a ella la mandaron para una mision no para que se este acostando con el....si lo dije y que??? jajajajaja yo soy una rebelde y le llevo la contraria a todo mundo, asi que QUIERO A MARTHA CON MCCARTNEY, hare una marcha en favor de esa causa. Y bueno por lo que veo empezo una nueva etapa, porque ya Martha se fue a la tierra de los nazis y los chicos muy pronto se iran tambien, vale que no son judios)? JAJAJAJAJAJAJA ahhh pero bueno ya, ando muy idiota hoy XD esos examenes me estan dejando sin cerebro y es por eso que no comente el anterior :( pero prometo de aqui en adelante comentar siempre, espero el proximo y Maria, ya estoy esperando el capitulo de Blitz Or Iris....en serio :P jajajajaja bye

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  9. Ya no sé en qué creer, es que Paul es tan akjsdhakj pero nadie, repito, NADIE se compara con John, jamás. Incluso suena como a una locura decir que Martha considere a Paul para algo, ella ama a John y lo sabemos todos :') Lo siento, este fic me tiene loca y suelo ser muy sentimental con estas cosas, por eso no lo leo en el colegio, porque estoy segura de que gritaré en cualquier instante xD!! Como sea, espero que suban pronto, demonios, sí que son geniales <3 Gracias por la bienvenida y cuídense, adiós <3

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