Era agradable sentir el contacto de su piel
contra la mía, pero si dejaba que siguiera su juego, iba a terminar de nuevo
encerrada todo el día en la casa y eso no lo iba a permitir. Ya era suficiente
con todo un día de vagancia, gracias.
Abrí mis ojos con dificultad, pero bastante
renovada, hacía mucho no tenía una noche tan plácida, sin ninguna interrupción.
Cuando enfoqué la vista, me encontré con su sonrisa traviesa que tanto me
encantaba.
John: Hola hermosa.
Yo: Hola – respondí, sonriendo a mi vez.
John: ¿Cómo te sientes?
Yo: De maravilla, la verdad que hacía mucho
no me sentía tan bien.
John: Debe ser porque yo estoy aquí.
Yo: Puede ser… - me carcajeé, y sin poder
resistir por más tiempo a sus labios tentadores, lo besé dulcemente. Me
respondió animado, pero antes de que nos dejáramos llevar –algo que seguramente
pasaría- , me cortó.
John: Odio detenerme justo ahora, pero creo
que es suficiente de que estés encerrada aquí. Arréglate, saldremos más tarde.
Me dio un beso en la frente y salió de mi
habitación. Sonreí embelesada, me encantaba cuando se ponía así. Fui a la ducha
y el contacto frío del agua me despertó por completo, arrastrando además todas
esas preocupaciones y situaciones que me tenían tan bajo presión. Por ahora.
Me tomé mi tiempo para arreglarme, y una
vez lista, bajé las escaleras. Para mi sorpresa, John ya tenía el desayuno
hecho y olía delicioso. Sospechosamente delicioso.
Me senté y el tentador aroma me hizo
recordar que no comía nada desde el desayuno del día anterior, así que apenas
John dejó los huevos sobre la mesa, me lancé a devorarlos.
John: No comas tan rápido, nadie se los va
a llevar… - se burló John, sentándose al frente mío.
Yo: No me juzgues, tú casi me haces morir
de hambre ayer, así que cállate. Además está riquísimo.
John: Lo sé, soy todo un chef.
Dejé de atragantarme con la comida un
instante, y lo miré enarcando una ceja.
Yo: Ya en serio John, ¿a quién le pagaste
para que hiciera esto?
John: Me ofendes, hermana. No sería capaz
de hacer eso, no le dije a nadie que…
X: Oye John, ¿dónde está el…?
Me di la vuelta al escuchar su voz. Ahí
estaba el causante de semejante delicia, parado en la puerta de la cocina, con
su pantalón ajustado y peinado a lo teddy boy, que contrastaban magníficamente
con sus rasgos casi femeninos. Miré a John con un gesto de burla antes de
saludar a Paul.
Yo: ¿Qué hay Paul? No sabía que un hombre
pudiera cocinar semejante desayuno.
Paul: Bueno, al parecer sí puede. –
respondió con sequedad, recostándose contra la pared.
Yo: Te quedó magnífico. Bueno ya me voy.
Agarré unas cuantas galletas y me tomé el
café apresuradamente, antes de salir corriendo de la casa.
Alcancé a escuchar
los gritos de John que me pedía que me quedara, pero no me sentía con ganas de
esperar hasta que él se arreglara para salir con él. Además, ahí estaba Paul, lo
más probable es que tuvieran ensayo y él lo hubiera olvidado. Lo menos que
quería era estorbar.
Me dirigí hacia el muelle, como siempre lo
hacía, y me incliné en el barandal, contemplando el mar que, tan camaleónico
como siempre, me saludaba con una brisa fresca.
(NARRA JOHN):
No era buena idea dejarla ir así como así,
pero tampoco podía salir a la calle con ese aspecto, daba asco y no podía
arruinar mi imagen de esa forma. Entonces, la única persona que quedaba ahí era…
Yo: Paul, ve tras ella.
Él me miró escéptico.
Paul: No inventes John, está muy grandecita
como para perseguirla, ¿no crees?
Yo: No es excusa, está inestable. Cállate y
ve tras ella.
Paul: Claro, voy a ir corriendo detrás de
una nenita inestable. Como si no tuviera cosas más importantes que hacer. –
gruñó mientras se ponía la chaqueta de cuero. Lo miré con rabia.
John: Mira Paul, francamente me importa
mierda lo que pienses de mi hermana, pero más te vale que vayas tras ella, o si
no…
Paul: ¿O si no qué? No seas marica John,
déjala en paz.
Lo agarré de la chaqueta con ira, pero él
se soltó fastidiado.
Paul: Yo vine aquí por el ensayo, no para
muñequear con tu hermana. Avísame cuando se deje de entrometer en los asuntos
de la banda, yo me largo.
Y se fue dando un portazo. Se había
referido a ella con tanto desprecio, que me había sacado de mis casillas, pero
la única razón por la que no lo había mandado al suelo era porque eso me
aseguraba algo: no estaba interesado en ella en lo más mínimo.
Subí a arreglarme, lo más probable es que
Martha estuviera en el muelle y si me apuraba, podía encontrarme con ella antes
de que tomara otro rumbo.
(NARRA PAUL)
Era increíble la forma en que esa niñita
mimada arruinaba todo. Siempre queriendo atención, con esos aires de perfección
que se daba… repugnante. Recordé cuando se desmayó en el cementerio y la
llevamos alzada hasta el cuarto de John, la forma en que se había despertado
aterrada y buscando a su hermano como si…
Negué con la cabeza, eso era aún más
repulsivo.
La única manera de alejarme de todo el
enojo que tenía, el único lugar en el que podía relajarme en ese instante, era
el muelle. Así que me dirigí hacia allá, seguro de que estaría vacío a estas
horas.
(NARRA GEORGE)
Tuve que ir temprano al muelle, a comprar
algunas cosas para mi papá y a pasear a la bola de pelos andante, que se negaba
a salir si no era conmigo. Qué suerte la mía.
Cuando llegamos, Margarita se puso
frenética y empezó a ladrar como loca hacia el barandal. Dirigí mi atención allá,
arrastrado a la vez por Margarita y como siempre, ahí estaba, la persona que
tanto había pensado.
Yo: Hola Martha.
Martha: Qué milagro que aún te acuerdes de
mi nombre, Harrison. – contestó con una sonrisa.
Yo: Lo sé, perdón por dejarte sola, pero es
que…
Martha: Sí, supongo que Rita es más
tentadora que yo cuando de captar tu atención se trata.
Abrí los ojos con sorpresa. ¿Cómo diablos
sabía ella…?
Martha: No le des muchas vueltas, la verdad
es que es algo bastante obvio. Cualquiera se daría cuenta.
Yo: De acuerdo… - respondí, aún algo
perplejo.- Sin embargo eso no quita el hecho que te dejara sola, eres como mi
hermanita.
Martha: No te angusties, es perfectamente
entendible.
Yo: Bueno… ¿quieres un café?
Martha: No gracias, acabo de desayunar.
Yo: Sí, yo también, pero tengo hambre. Ven,
acompáñame.
Después de casi arrastrarla por todo el
muelle para convencerla, fuimos a una cafetería, en la que aprovechamos para
hablar de todo un poco. Nada hacía más bien que desahogarse.
Yo: Bueno querida, ¿cómo te sientes?
Ella me miró atentamente y soltó una
carcajada.
Martha: Lo siento, pero es que sonaste
igual que Mimi. Pues, me siento bastante bien.
Yo: No parece. – dije incómodo por el
comentario anterior.
Frunció el ceño, pero no lo negó.
Martha: Es la gripa, tú sabes…
Yo: ¿De qué te sirve mentirte a ti misma?
Martha deslizó su mirada por todo el local
con aire pensativo, antes de responder.
Martha: Lo siento, pero es que todo esto me
tiene algo deprimida, y no quiero recaer justo ahora que tengo tanta cafeína
encima. Sería desastroso. Pero sí te diré que fue muy duro, es pesado saber que
no voy a volver a verla y aún más después de haber visto lo que vi.
La miré con mi mejor expresión de
psicoanalista y suspiré.
Yo: Perdón por re abrir la herida, no fue
mi intención.
Martha: No te preocupes, yo sé que no fue
así.
Yo: Pero… escuché que habían encarcelado al
que la mató… eso es bueno, ¿o no?
Martha: ¿Y qué? – respondió con furia,
encogiéndose de hombros- Ya no interesa, ya nada de lo que haga la hará volver
a la vida.
Un capítulo cortooo, a mitad de la nocheeee, y de la semanaaaaa. Ya fue, hola :D
Está cortito, pero es para calmar la ansiedad un poco :3
Lo sé, Stu y Ashley se portaron muy pedantes, partida de.... en fin, menos mal que por ahí andaba John para salvarla <3
Y NADA, AQUÍ ALGO DE PAUL PARA CALMAR SUS NERVIOS! Armen sus conjeturas dearies, no negaremos ni afirmaremos nada >:D
Duerman chicas, y lean mucho.
Besos. <3
Que le pasa Paul???, igual no creo que le caiga tan mal Martha como dice, para mi que el fondo lo tiene loco y solo esta en la clásica etapa de negación, pensé que hasta John lo golpearía, pero creo que el amor lo ha calmado un poco jajajajajaja y George que?, es psicólogo ahora?, es como un paño de lagrimas XD y eso que es mucho menor que John y Paul, quiero un amigo así :3 pero saben que?, me dan dejado todavía mas intrigada, así que gracias ¬¬ mas les vale subir pronto, porque les mando una bomba o algo, si ya me puse agresiva, es que la fic es tan buena que me pone asi e.e pero bueno ya me voy, que estoy escribiendo y no quiero atrasarme mas, nos vemos c:
ResponderEliminarPaul, cabrón creid ojos de gacela simbolo sexual, así lo tratabn cuando tenia 15 kajskajskajska xddd cabr´n de mierd*
ResponderEliminarHoli:D ok ya me calme un poco, y deje que otras 2 personas comentaran antes que yo :D
ResponderEliminarOsea Justo a todo el mundo se le da la gana de ir al muelle, y Paul... ay que malote, es todo ''niñita mimada'' Ay que cosa rara... pero creo que es mientras se acostumbra, porque luego será muy importante en la vida de Martha ... Muejejeje
También me gustomuchisisimo la escena del desayuno Martha toda ¿Qué hay Paul? No sabía que un hombre pudiera cocinar semejante desayuno.
y el todo seco Bueno, al parecer si se puede...
Espero que cambie... Yo se que el cambiará porque a Mónica="Señorita McCartney"- le encanta... y si no cambia, pues bueno... Paul (con todo lo que me encanta) Me caera mal en esta fic ...
Bueh... por lo cortico no tengo nada mas que decir...ah! si una ultima cosita...
¡¡¡SUBAN PRONTO!!!
Ya... las quiero dearies o bueno no se... Loveya y un little regalo:
http://26.media.tumblr.com/tumblr_lsek7mwc8C1qlm8yvo1_500.gif :D
Holaaaa acabo de empezar a leer tu fic, esta bien buena xD jajaja seguiré leyendola la verdad ;)espero que puedas pasarte por mi blog que apenas empieza :3 http://loveoftheloved-beatlenovelita.blogspot.mx/
ResponderEliminarsaludos chicas!!!
No ma si me imagine a Paul cocinando con los pantalones entallados y de teddy boy....... que cosa *o* jajajajajaja pero qué rayos tienes en la cabeza? como que le cae mal Martha ¬¬ aquí hay gato encerrado jaja bueno no :P
ResponderEliminarera que rayos tiene en la cabeza? (o sea Paul) jejej :P
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