(NARRA MARTHA)
Mis pensamientos, y en general cualquier
cosa medianamente racional, se habían perdido hacía rato entre aquel frenesí
incontrolable de caricias, hormonas y jadeos.
Si bien aún no estaba segura de mis
sentimientos hacia él, lo que estaba completamente claro era que lo deseaba.
¡Oh, claro que lo deseaba! Anhelaba sus caricias como las de nadie más y el
solo roce de su piel contra la mía hacía estremecer hasta la última de mis células.
Tal vez el hecho de que lo que estábamos haciendo no era del todo correcto, que
de alguna forma ese status de “hermanos” lo volvía prohibido, tal vez por eso
todo era el doble de tentador.
Lo había tomado del cuello ni bien terminó
de besarme en la mejilla, y lo insté impaciente para que deslizara sus labios
hasta mi boca. Está de más decir que no tuvo ningún inconveniente con eso, y
una vez lo hizo, nos fundimos en un beso completamente distinto al anterior,
porque esta vez ambos lo queríamos, lo deseábamos con todo el alma.
Me recostó sobre la cama y mientras
recorría la piel descubierta desde mis hombros hasta mi oído con sus labios
ansiosos, yo estaba ocupada recordándome a mí misma que tenía que respirar. Sus
manos ágiles y expertas subían y bajaban por mis piernas, por mi cintura y mi
espalda; pero aún no se atrevía a aventurarse bajo mi vestido. Por mi parte, no
me sentía con tanta paciencia como él, así que ya le había desabrochado la
camisa y me deleitaba acariciando su
pecho desnudo.
Enrosqué mis piernas alrededor de su torso
y mis brazos en su cuello, obligándolo a caer bajo el efecto de mi peso, sin
embargo me giré en último momento y quedé sobre él. Su expresión de sorpresa me
hizo soltar una sonrisa juguetona y recorrí su mandíbula ávidamente con mis
labios frenéticos.
John: No sabía que eras tan ruda, cariño –
murmuró divertido, antes de besar mi cuello con un gemido ahogado.
Respondí con un ronroneo bajo que provocó
que acelerara sus movimientos y deslizara la cremallera del vestido con una
ansiedad delirante. Fue un movimiento tan inesperado que me congelé por un
instante, y él, percatándose de ello, se contuvo.
John: Nena, si no quieres, me detengo.
Sin embargo eso era lo que menos quería en
ese momento y le mordí la oreja
izquierda a la vez que soltaba un gemido como ademán para que continuara. Complacido,
empezó a deslizar las tiras del vestido
hacia abajo y…
Mimi: Martha cariño, ¿estás aquí?
La voz que provenía del primer piso nos
petrificó unos instantes y cruzamos nuestras miradas alarmados. A pesar de la
tensión del asunto, solté una carcajada silenciosa que me hizo doblarme sobre
él, que también se contorsionaba en risotadas.
John: ¡Shhh! – murmuró entre risas, y me
acostó a su lado, aún sin poder controlarse del todo.
John: ¡Estamos aquí arriba, Mimi! – gritó
sonriendo y se levantó de la cama.
Cuando Mimi entró, se encontró conmigo
entre las cobijas de la cama de John y a éste sentado en el sillón que poco
antes ocupaba Paul. Nos miró algo confundida, pero luego se dirigió a mí.
Mimi: Oh corazón, ¿cómo te sientes? ¿Estás
enferma?
Yo: No es nada Mimi, es solo un resfriado.
Mimi: Bueno eso espero… John, ¿porqué
tienes la camisa abierta?
John: Eh… Hace algo de calor aquí.
Mimi: No me sorprende, estaban encerrados
como si no tuvieran entre sus planes volver a ver la luz del sol.- intercambiamos
una mirada cómplice- Bueno John, gracias
por cuidar de Martha mientras llegaba, ahora puedes irte.
John: Pero tía, te ves extraordinariamente
cansada. – dijo con una sonrisa encantadora – Mejor ve a descansar, yo cuidaré
de ella esta noche, ¿está bien?
El descaro de John sumado a la cara de
desconcierto que puso Mimi, hizo que estallara en carcajadas que se ahogaron en
una tos asquerosa. Demonios, de verdad estaba enferma.
Mimi: Esa tos no suena nada bien – suspiró mientras
negaba con la cabeza.- Iré por un té. Y cuando vuelva, quiero que me expliques
qué hace Martha en tu cuarto, Winston.
Y luego salió apresurada. John me lanzó una
mirada pícara.
John: Buena actuación, hermanita.
Que me llamara “hermanita” me hizo esbozar
una sonrisa amplia. Claro, éramos hermanos.
Yo: Ya quisiera yo que fuera actuación. – me
quejé antes de acabar tosiendo nuevamente.
Escuché cómo sonaba el teléfono y los pasos
ligeros de Mimi hacia él. John entrelazó su mano con la mía y las dejó
colgando, así unidas. Recosté mi cabeza sobre la almohada y su posición me recordó
a Paul, que antes se había sentado en ese preciso lugar.
Yo: ¿Cómo conociste a Paul? – pregunté con
curiosidad. Él frunció el ceño y me miró enojado.
John: ¿Y por qué viene al tema? ¿Te gusta o
algo?
Yo: Claro que no, celoso, simplemente me
acordé porque estás sentado donde él estaba. – respondí divertida.
John: No estoy celoso, sólo que la pregunta
no venía al tema… ¡en fin! – carraspeó incómodo- ¿Cómo lo conocí? Audicionó
para la banda, toca bastante bien. De hecho hemos mejorado bastante gracias a
él.
Abrí los ojos sorprendida.
Yo: ¿En tu banda? Y yo que creí que era
inteligente…
Él me soltó y golpeó mi hombro con una
sonrisa. Yo también me reí. En ese preciso instante entró Mimi al cuarto, con
una expresión muy preocupada.
Mimi: Debo ir a Mendips, al parecer
capturaron al culpable de la muerte de Julia.
El semblante de John se ensombreció y se
levantó con violencia; yo sólo sentí un retortijón en el estómago.
John y yo: Tengo que ir. – exclamamos al
tiempo.
John: No cariño, tú te quedas, yo voy.
Yo: ¿Y por qué no ir yo? Mejor quédate tú.
Mimi: Ninguno de los dos irá, ambos se
quedan aquí. Tú – dijo señalándome- estás demasiado enferma como para salir, y
tú Winston no te sabes comportar en una situación así. Hay comida en el
refrigerador, vuelvo mañana. Pórtense bien.
Y dicho esto, salió y se fue.
John aún estaba de pie y empezó a dar
vueltas por su habitación de arriba abajo. Sabía que en condiciones normales él
se iría solo sin importarle nada, pero que estaba decidido a no ir para
cuidarme. Se estaba deteniendo por mí.
Yo: Sabes, puedes irte. Yo me sé cuidar
sola.
John: ¿Me estás echando? – gruñó fastidiado.
Yo: Claro que no, cálmate. Sólo lo decía
para que pudieras ir a averiguar todo el asunto de Julia… - dije casi en un
susurro. Cuando se le subía la rabia a la cabeza no había quién lo parara.
Excepto, tal vez claro, el dolor.
Se sentó en el borde de la cama con la
cabeza entre sus manos. Me senté y lo abracé con dulzura.
John: Era todo lo que me quedaba, Martha. Preciso
cuando empezábamos a ser madre-hijo de nuevo… No es justo. No sé que voy a
hacer sin ella.
Le di un beso en la mejilla y le agarré el
brazo.
Yo: Sé que duele… pero hay que dejarla ir.
No te preocupes, aquí estoy yo para apoyarte.
Él me miró fijamente y juntó sus labios con
los míos, pero este beso sabía a dolor, a angustia… a pérdida. Fue un beso
corto, pero significativo.
Una vez terminó, se recostó a mi lado y me
abrazó por atrás, manteniendo esta posición hasta quedarnos dormidos.
(NARRA GEORGE)
Acababa de enterarme de la tragedia de Julia, así que no
dudé en salir de la casa aún desobedeciendo la orden que mi mamá daba a gritos
y me encaminé hacia la casa de los
Lennon.
Sabía que ella necesitaba apoyo y justo ahora lo único
que tenía era a un hermano igual o más dolido que ella. Recordé lo que me había
dicho sobre el beso y apuré el paso, situaciones desesperadas no siempre
terminaban en lo que querían.
Empezaba a lloviznar y se me nubló la vista, ahora tenía
que rogar por no chocarme con nadie, pero en una de esas curvas choqué con
alguien igual de apresurado que yo.
X: ¡Hey! ¡Ten más cuidado! – bufó una voz familiar. Si
bien había pensado que nada me frenaría hasta llegar a mi destino, esa voz me
hizo detenerme en seco. Me volteé y la miré confundido.
Yo: ¿Rita?
Rita: ¿George? – dijo sorprendida. Llevaba en las manos
dos bolsas de comida que se veían bastante pesadas.
Yo: ¡Rita! Perdón, no te vi. Déjame te ayudo con eso.
Rita: No te preocupes, se nota que estás apurado. ¿Todo
bien?
Me enfrentaba a un gran dilema interno. ¿De
verdad era capaz de dejar a Martha por acompañar a Rita?
Sin palabras, muero de sueño y me niego a escribir incoherencias. Solo digo... enjoy. Y MÓNICA ES UN DESMADRE POR INTERRUMPIR ESA ESCENA! Bueno, ya.
Chicas, descansen y disfruten. Gracias por leer y comentar ;)
By: Los pensamientos pervertidos de Mónica.
And: La redacción AÚN MÁS pervertida de Lady Mary. Ah, pero les gustó, no lo nieguen. XD
Besos.
iiejfñdjfsdlkjsadlñkfjsdklxcm asjfsdñfjsakldfjñslkdfnkcmzxkfnsdkjfksdsajkdfsdjflksjfdklfjasñlkdfjsfñlkdjfkslcmkldjsfajsdfñaskdfjas{
ResponderEliminarquiero decirles que si un día de estos muero sera por su culpa así que quedara en su conciencia y pondré eso en mi testamento por si quedan dudas XD
ME ENCANTO LA ESCENA esta muy muy muy muy muuuy bien escrita! yo pensé que si iban a.... bueno xD y luego y luego joder por un momento pensé que Mimi los iba a ver y que los iba a asesinar.
No he tenido tiempo de comentar pero si he estado leyendo TODO y me fascina enserio. Espero y suban pronto porque yo ya no puedo seguir viviendo así jajajaja cuídense!
NOOOOOOOOOO, PINCHE CAPITULO, POR POCO LO HACEN, ya esta es como la segunda vez que casi casi jajajajajaja a ver la tercera vez, porque como dicen que la tercera es la vencida XDDD si no hubiera llegado Mimi, fijo se acuestan, aunque a mi me incomoda, porque aunque no sean hermanos de sangre, pues crecieron juntos y bueeeee a ver que sucede con el dilema de George tambien, suban pronto por fa que su fic me esta gustando demasiado y cada vez me dejan mas intrigada
ResponderEliminarQue linda scena :$ pero la interrumpió Mimi xD bueno, estuvo mejor, no tenían condón(? XD MALDITA MONIICAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!
ResponderEliminary yo que hice no fue mi culpa fue culpa deeee.... del caballo el lo hizo
Eliminarqwerrtyuiopasdfghjklñzxcvbnm,.-ñ´ç+`0'
ResponderEliminarOHHHHH MYYY GOD!!! SIN PALABRAS HERMANA... -.-
Ohhh Mimi y sus interrupciones, algún día le tocara a ella, lo sé xD
ResponderEliminarIgual, me da risa, nunca terminan jajaja todo inconcluso omme' todo inconcluso... Pero me gusto cuando John se puso celoso -y aunque él no lo admita, yo sé que sí estaba celosin- por Paul, no debería ¿o sí? yo creo que sí :/ tal vez... Paul es un galán, hace poco en Facebook en alguna pagina de los Beatles que no recuerdo, hicieron una lista de las novias de Paul, créeme, la lista era interminable... Pero logre terminarla c': jaja
Me encanto cuando se durmieron juntos inocentemente, vomite arcoiris, lo juro. Suban prontooo. Descansen sus mentes pervertidas c:
No ps si Martha está en muy buena compañia!! tu no te apures George xDDDD
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