martes, 18 de junio de 2013

Capítulo 22.

(NARRACIÓN NORMAL)

Lo último que Martha deseaba en esos momentos era compañía, pero si venía de George la verdad era que no se podía negar, el chico lo hacía con la mejor intención. Sin embargo la ansiedad que la había impulsado en un inicio a dejar a John en su casa, se estaba apoderando de ella nuevamente. No era prudente quedarse tanto tiempo en un solo lugar.

Martha: Gracias por el café George, nos vemos luego. – se apresuró a levantarse, ante la mirada preocupada de George.

George: Martha… ¿en serio estás bien?

Martha: Perfectamente. – mintió.

George: Una cosa antes de que te vayas… por favor, prométeme que volverás a clases.

Martha, que incluso ya se había dado la vuelta para irse, se detuvo en seco y miró a su interlocutor mordiéndose el labio con inquietud. Ese era uno de los temas que no le apetecía discutir, porque realmente no conocía la respuesta, y tan solo pensar en eso le provocaba un mareo repentino.

Martha: Claro… por supuesto que volveré.

George: No me mientas, Martha.

Martha: Perdón George, pero lo que menos quiero es ir a sentarme, no hacer nada y recibir las miradas hipócritas llenas de lástima de los otros estudiantes. – “Incluida Ashley”, pensó con amargura- Lo único por lo que volvería sería por las clases de artes.

George: Lo supuse.

Martha: ¿Qué?

La mirada comprensiva del muchacho la hizo notar cuan agitada estaba, y trató de disimularlo acompasando su respiración. Él suspiró.

George: Lo supuse por tus cuadros. No he visto los suficientes, pero lo que he visto me ha gustado, y me parece que deberías entrar a la escuela de artes. Así te entretienes con algo que te gusta.

Martha lo meditó unos instantes. Parecía una buena opción, de hecho, era lo mejor que le habían dicho en mucho tiempo.

Martha: ¿Tú crees que Mimi me apoye?

Él se encogió de hombros.

George: A lo mejor sí, ella no es ni la mitad de estricta contigo de lo que es con John.

Sopesó las palabras de su amigo, y decidió que definitivamente, eso era lo que quería hacer. La dejaran o no, lo haría, pues pintar se había convertido en lo único que la conseguía sacar del ensimismamiento agónico que la realidad le presentaba. Lo haría.

(NARRA MARTHA)

No quería volver a casa todavía, pero tenía que salir de allí. Por mi cabeza cruzó la idea de pintar un poco, pero desafortunadamente las pinturas estaban en la casa y… no quería ir. Compraría algo por el camino y pintaría en el parque. O algo así.

Me despedí de George con una sonrisa y me dirigí a la puerta, pero al abrirla golpeé a alguien que estaba al otro lado y lo tumbé al suelo. Genial.

Yo: Cielos, ¿estás bien? Discúlpame no te vi.

X: Supongo que fue mi culpa, no me percaté de que ibas a salir y…

El chico se interrumpió en su frase cuando levantó su vista del suelo y me miró. Me había reconocido y yo a él.

Yo: Lo siento Paul.

Paul: Lo que digas… ¿Me estás siguiendo? Déjame en paz, vete a molestar a otra persona.

Lo había dicho con un gruñido irritado y lo miré sorprendida.

Yo: ¿Y a ti qué te pasa? No te estoy siguiendo, llegué antes que tú. Por algo estoy saliendo y no entrando.

Paul: Ahórrate tus explicaciones y déjame entrar. – Dijo tratando de apartarme con sus manos.

Yo: Yo no tengo la culpa de tus problemas.

Se quedó inmóvil, con las manos en mi cintura y el ceño fruncido.

Paul: ¿Estás segura? – murmuró él con un tono neutral, cerca de mi oído.

Iba a responderle que no entendía a qué venía todo esto, pero aprovechando mi estupefacción, me apartó  no sin cierta brusquedad y entró a la cafetería.  Bufé indignada. ¿Qué le sucedía a ese chico? Ni siquiera me conocía y ya me odiaba.

Caminé refunfuñando hacia la tienda de pintura y cuando llegué, entré rápidamente. Me apoyé en el mostrador con semblante aburrido esperando a que la dependienta me atendiera, mientras miraba los diferentes tipos de pintura y lienzos que había por todo el lugar.

X: Hola extraña.

Me sobresalté al sentir  esa voz imprevista a mi espalda, pero la reconocí de inmediato.

Yo: Stu, casi me matas de un susto.

Stu: Perdón por eso – sonrió con dulzura – No esperaba encontrarte por acá, Martha.

Yo: Pues aquí estoy.

X: ¿Se le ofrece algo, señorita?

Era la chica que atendía en el lugar, que me miraba con frialdad.

Yo: Eh… sí, un lienzo de 40x40

Stu: ¿No es algo grande?

Yo: Claro que no, ya verás.

La muchacha asintió y se dirigió a la trastienda para buscar mi pedido, no sin antes dedicarme una mirada envenenada. Parpadeé confusa.

Yo: ¿Y a ésta qué le pasa?

Stu: Está celosa porque pareces muy cercana a mí, y ella no. – respondió reclinado sobre el mostrador, mientras sonreía divertido. – Me lanza muchas indirectas, pero yo no le hago mucho caso.

Yo: Vaya, sí que eres un don Juan.

Stu: No es nada del otro mundo, Martha, solo sonríes un poco y ya está. Las hormonas hacen el resto.

Negué con la cabeza, sonriendo. Había madurado desde que lo dejé y parecía irrefrenable.

X: Aquí está su lienzo.

Yo: Gracias.

Stu: ¿No tendrás alguna promoción en pinturas o algo así? Sería agradable pintar por menos, tú sabes. – dijo Stu, guiñándole un ojo. Ella se sonrojó y esbozó una sonrisa tonta.

X: Con lienzos de ese tamaño viene un frasco de pintura gratis. ¿Quieres escoger alguno?

Yo: Claro ehm… éste plateado servirá.

Stu: Gracias linda, creo que vamos a pagar.

Ella nos dirigió embelesada hacia la caja, y mientras hacía las cuentas aún con esa sonrisita tonta en los labios, miré el frasco plateado con curiosidad.

Era brillante y reluciente, y por algún motivo, me había traído a la memoria la sonrisa de Julia. Demonios con eso, seguía pensando en ella. Bueno, al menos era mi objeto de inspiración y eso era algo favorable. Ese choque de emociones me hizo tambalear un momento, pero me alcancé a agarrar del mostrador antes de que me desmayara. La chica no se dio cuenta – por supuesto que no – pero Stu me miró preocupado.

Stu: Yo llevaré esto por ella, gracias.

Yo: Puedo hacerlo sola, no te molestes.

Stu: Insisto.

Salimos de la tienda ante la mirada celosa de la chica y caminamos lentamente por la acera.

Yo: En serio… puedo llevarlo yo.

Stu: Me di cuenta de que casi te desplomas en medio de las pinturas. Ni loco te dejo llevarlo sola.

Suspiré derrotada y caminamos en silencio unos metros más.

Stu: ¿Y qué harás con todo esto?

Yo: Pintar… ¿no es obvio?

Puso los ojos en blanco.

Stu: Pues sí, pero ¿qué pintarás? Sólo tienes un frasco de pintura y un lienzo gigante.

Yo: Planeaba ir a mi casa por el resto.

Stu: No te compliques, mi casa está a unas cuadras. Vamos, yo te las presto.

Asentí aliviada, aún no quería volver a casa. Demasiados fantasmas me atormentaban allí.

(NARRA JOHN)

Estaba a punto de salir cuando sonó el teléfono. Solté un bufido, irritado y contesté de mala gana.

Yo: ¿Hola?

X: ¡John! Ay cariño, creí que no te encontraría en casa.

“Por poco y no…” pensé suspirando al reconocer la voz.

Yo: Hola Mimi.

Mimi: Sólo llamaba para saber cómo iba todo y para avisarte que me demoraré un poco todavía, se me presentó un problema.

Fruncí el ceño, alarmado. ¿Problema? Julia…

Yo: ¿Qué tipo de problema? ¿Todo va bien? ¿La policía…?

Mimi: No tiene nada que ver con tu madre, relájate. Es sólo que me encontré con una amiga que no veía hace mucho y me comentó que su hija vendría de América de intercambio a Liverpool, así que le ofrecí la casa para que se quedara. Llega para el cumpleaños de Martha.

Yo: Ah… de acuerdo. Nos vemos luego, entonces.

Mimi: Espera, ¿qué harán de almuerzo?

El almuerzo. Cierto,  aún necesitábamos nutrirnos.

Yo: No lo sé, supongo que compraremos algo por ahí.

Mimi: Está bien. Espero verlos pronto, adiós.

Colgué el auricular pensativo. ¿Una chica desconocida en casa? Por mi mente pasaron pensamientos traviesos que deseché al instante, y me dispuse a salir. Pensé que tal vez sería buena idea visitar a Stu, las cosas no habían quedado bien la última vez que lo había visto.  Además, seguro que Martha no seguía en el muelle.

(NARRA STU)

Mi hermana estaba en la puerta mirándonos con curiosidad, y la ignoré olímpicamente al pasar junto a ella, cosa que fue diferente cuando pasó Martha.

Martha: Mira que hermano tan grosero, pasar sin saludar.

Vale: Lo sé, es deprimente.

Rodé los ojos y entré a dejar las cosas en el estudio. Aún así, alcanzaba a escuchar sus voces a la entrada.

Vale: ¿Qué haces aquí? Pensé que ya no eras novia de mi hermano.

Adiviné el color carmesí del que se habrían puesto las mejillas de Martha y rogué al cielo para que la chiquilla no dijera más impertinencias.

Martha: No… no lo soy, simplemente me va a prestar unas pinturas, eso es todo.

Vale: Ya veo… Igual, no te dejaré pasar si no me das galletas.

Martha: ¿Galletas? No tengo galletas aquí.

Vale: Mala suerte…

Yo: Ey niñita malcriada, déjala pasar.

Ella sonrió burlonamente y la dejó pasar. Negué con la cabeza y Martha soltó una carcajada. Caminamos hacia mi estudio.

Martha: Nunca me contaste de dónde salió tu hermana. Apareció de la nada.

Yo: Probablemente se deba a que no lo sé. Un día llegué y ahí estaba, pero no le di mucha importancia. Tiene algo que ver con mi padre… no sé, ni me interesa, la verdad. Solo sé que es un demonio.

Ella se rió y entramos. Era caótico, pero ya me había acostumbrado.

Martha: Pintemos afuera.

Yo: ¿Qué?

Martha: Vamos no seas aburrido. Pintar aquí es deprimente, tienes que admitirlo. Además, afuera es más divertido.

Sacamos todo el material al jardín trasero y ella empezó con su dibujo. Yo también tenía planes para pintar, pero al cabo de un momento dirigí mi atención hacia ella, preguntándome qué estaría pasando por su cabeza.

Martha: ¿Pasa algo? – preguntó al darse cuenta.

Yo: No, ¿por qué?

Martha: Porque no has dejado de mirarme desde que empecé a pintar.

Yo: No te ilusiones, no eres tan encantadora como piensas.

Martha: Eso no lo decías hace unos meses, Stuart.

Yo: Déjame en paz, Lennon.

(NARRA MARTHA)

Al inicio lo miré confundido, porque pensé que se refería a John, pero al momento recordé que éramos hermanos y que por lo tanto, compartíamos apellido.
¿Qué sería de John? Lo había dejado botado… bah, estaría bien. Me concentré de nuevo en mi pintura, con ahínco.

Stu: ¿Qué se supone que pintas?

Yo: No sé, algo que me gusta.

Stu: Pues pareciera que estás expresando todo lo que…

X: … lo que veías en Julia, ¿no es así, Martha?

Me sorprendí, pensando que era un espejismo de mi mente, pero al voltearme, ahí estaba él, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. La chaqueta de cuero le daba una agresividad extra a la escena.

John: Deberías dejar su recuerdo quieto, Martha.

Yo: ¿Qué haces aquí?

John: ¿No puedo visitar a mi amigo? – alzó las cejas con sarcasmo.

Stu: Hermoso Lennon, llevas el caos por donde caminas.

John: Cierra la boca Sutcliffe, no sabes lo que dices. Al parecer tienes compañía así que… me voy.

X: ¡Stuart, a comer!

Yo: ¿Ya es tan tarde?

John: El tiempo debió parecerte muy corto en compañía de tu EX – novio, ¿no es así?

Yo: Cállate.  Gracias por todo Stu, ¿puedo dejar esto aquí? Creo que iré a almorzar… lo recojo luego, ¿vale?

Stu: Claro, CARIÑO, no te  preocupes. – respondió burlón, haciendo énfasis en la palabra para fastidiar a mi hermano, que lo miraba con ganas de asesinarlo. La había cazado al vuelo, era obvio que sospechaba de lo que sucedía entre nosotros.

Salimos de ahí, dejando un ambiente tenso a nuestra espalda, como una estela maligna.

(NARRA JOHN)

¿Qué tenía que hacer ella en la casa de Stu? No era recomendable que estuvieran solos de esa manera, considerando todo su pasado. Además, esa actitud de Stuart empezaba a parecerme sospechosa…

Martha: Pensé que estarías ensayando.

Me interrumpí en mis pensamientos para mirarla detenidamente. Habíamos caminado sin rumbo fijo desde que salimos de la casa de Stu y era la primera vez que me dirigía la palabra desde entonces.

Yo: El ensayo se canceló cuando al señorito McCartney le agarró una rabieta y se fue.

Martha: ¿Y qué le pasa a ése?

Yo: No lo sé, estaba bien hasta que… hasta que te fuiste.

No lo había notado. Paul había actuado muy pacíficamente hasta que ella se había ido, pero no le encontraba explicación lógica a todo eso.  Ella se rió.

Martha: Casi le rompo la nariz.

Yo: ¿Le pegaste a Paul? – pregunté sorprendido.

Martha: No… bueno sí, pero fue sin intención. Estaba saliendo de la cafetería del muelle y él venía entrando, así que nos chocamos. Casi me manda al infierno.

Yo: Seguro está así por lo de Julia.

Ella me miró con una mezcla de enfado, diversión y curiosidad. Daba un aspecto tétrico. Empezaba a asustarme.

Yo: ¿Qué?

Martha: ¿Qué tiene que ver Paul con Julia?

Yo: Su madre murió hace unos años… seguro todo esto le hizo recordar cosas que no quería.

Silencio incómodo. 

Yo: Bueno… ¿y qué quieres almorzar?

Martha: Vamos al muelle.

Yo: Oye, ¿Qué con ese lugar?

Martha: No sé, sólo… me gusta. Me ayuda a conectarme con los que ya no están.

Cuando llegamos, nos reclinamos sobre el barandal. Tuve unas ganas enormes de abrazarla, pero recordé que aún éramos hermanos y que a los ojos de la sociedad, no existía nada entre nosotros. En teoría.

Yo: ¿Extrañas a tus padres?

Martha: No sé si los extraño… no los puedo recordar. Pero me intriga mucho saber quiénes eran. En fin… ¿Por qué no vamos a almorzar a casa?

Enarqué una ceja.

Yo: ¿Qué? Dijiste que querías almorzar aquí, ¿recuerdas? Además, espantaste a mi chef estrella y ninguno de los dos sabe cocinar.

Ella suspiró frustrada.

Martha: Deberían llevar la comida a las casas… nos ahorraríamos mucho trabajo. En fin, ya qué, almorcemos aquí. Además no tengo la culpa de que tu chef sea tan malhumorado.

Yo: ¿Por qué hablamos tanto de Paul?

Martha: ¿Estás celoso?

Yo: Claro que no. No me importas tanto.

Martha: Es agradable saber eso, ya sé que no te importaría si me involucro sentimentalmente con él.

La miré estupefacto. ¡¿Qué?!

Yo: ¿De qué hablas?

Martha: ¿Qué somos John? ¿Sólo hermanos? ¿Te afectaría en algo que empezara a salir con alguien más?

Yo: ¿Y a ti?

Nos miramos fijamente, sin encontrar respuestas a las preguntas.

X: ¿Qué desean ordenar?

Martha: Langosta en ceviche.

Joh: Wow, calmada chica, no soy millonario aún. Pide algo… no sé… “accesible”.

Ordenamos platos sencillos y la camarera se fue a la cocina.

(NARRA MARTHA)

Comíamos en silencio, era obvio que algo martilleaba la cabeza de John, pero no era la conversación anterior. Eso habíamos decidido postergarlo para cuando estuviéramos solos.

Yo: ¿Johnny? ¿Qué tienes?

Sin respuesta.

Yo: Oye, no me ignores así.

John: Lo siento, estaba pensando. – respondió como saliendo de un sueño.

Esperé impaciente a que se explicara, pero él quería hacerse rogar. Volteé los ojos.

Yo: ¿En qué piensas?

John: Mimi llamó mientras no estabas… dijo que se demoraría un tiempo más.

Yo: ¿Algo de Julia…?

John: No, nada de eso. Se encontró con una vieja amiga y le ofreció dónde hospedarse a su hija, que al parecer viene de América. Va a vivir en nuestra casa.

Americana… Esas chicas me daban mala espina. Tan… liberales. Algo iba a ocurrir, lo presentía.

Yo: ¿Y cuando llega?

Me miró atentamente, con una mezcla de diversión y preocupación.

John: Llega en tu cumpleaños.

Genial. Un escalofrío sin nombre me recorrió la espalda, pero decidí omitirlo. No iba a permitir que una chica me arruinara mi cumpleaños 16. Y menos si era americana.

Al parecer el todopoderoso McCartney en su cumpleaños 71 hizo un milagro y aquí está, un capítulo monstruosamente largo. ¿Qué dicen? ¿Lo leyeron todo? e.e


Por cierto, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, SIR! Bueno, ya se acabó, realmente, pero cuando empecé a editar, todavía era 18, así que podría decirse que fue su influencia la que nos iluminó (?

Bienvenida Lita! Lita McCartney Page acaba de seguirnos :3 Eres adorable, chica, gracias por leer.

Un saludo enorme a todas... -tengo pereza de hacerlo individualmente- y algo para que se entretengan:

¿Quién es esa chica misteriosa? ¿qué pasará en Liverpool?¿Cual es su nombre? ¿Cuándo cumple 16? ¿16? ¡Es una niña! Ok no, es mayor que yo. ¿Pasará algo entre John y Martha? ¿George y Rita? ¿Stu y Ashley? ¿Paul y... eh... quien sea? 

Veremos.
Salimos a vacaciones ayer, con suerte publicaremos más seguido ahora. 
Duerman dearies, nos hablamos.

7 comentarios:

  1. Paul y yo(?) :$ y la chica.. americana, odiaran su acento xDDDDDDDDD JAJAJAJ

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  2. Adivinen que?, ayer en la noche me dieron un nuevo cel y muy feliz al ver que podia comentar en blogs desde ese, vine temprano y lo hice y el comentario nunca se puso y ahora Aly me gano el primer comentario ¬¬ T-T que desgracia....como sea, dejemos de lado esa tonteria, porque quiero hablar del capitulo XD, primero: Paul sigue en su etapa de negacion, bueno, dicen que dura algo asi que puede que hasta dentro de mucho admita que ama a Martha, segundo: quiero creer que en la vida real era igual y las dependientas de ese tipo de tiendas se enamoraban de Stu XDDD es que era tan guapo el cabron jajajajajajaja y John deberia de dejar de ser tan sobreprotector, ya choca ¬¬ suban pronto porque me intrigo eso de la chica americana, presiento que va a ser la villana de la historia, pero mejor no digo mucho porque puede que no jajaja nos vemos :)

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  3. Hola!!! Pues mira mary q yo iba a ser la primera en comentar pero resulta que... EL MALDITO HOTEL CHICALA NO TENÍA INTERNET!!! O... Bueno si tenia pero tenía. Clave... pero ya q importa? Lo q importa es que pude comentar robandome el internet de mi tia flor :}
    Ohhh god!!! No me di cuenta de que Paul se había enfurecido cuando Martha se fue!!! Chica como Estoy escribiendo desde un táctil es un poco difícil. Cálmate Hermana que esas son muchas preguntas T quiero muxo chau!!

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  4. Oh, a Paul ama a Martha, yo sé que sí. Es verdad lo que dice Mary, está en la etapa de la negación, pero lo superará, todos hemos pasado por la etapa de la negación y creo que todos la hemos superado, él lo hará.
    Stu es tan adorable pero a veces es tan cortante, egocéntrico, y me dan ganas de pegarle una patada y robarle un beso jaja.
    Algo me dice que esa chica americana no será muy agradable, de hecho, no me agrada, la odio ¿debería odiarla?
    Las preguntas las leí con esa voz que ponen al final de las telenovelas dándole más intriga a la cosa xD ¿Pasará algo entre John y Martha? No sé. ¿George y Rita? Sí. ¿Stu y Ashley? Lo dudo. ¿Paul y... eh... quien sea? Quién sea me llena de intriga :o Eeeeeeeen fin, suban pronto! Saludos :)
    Yo siempre soy la ultima en comentar :( jaja

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  5. *0* Aqui me tienen comentando :3 bueno no me siento bien,creo que se lo he dicho casi a medio mundo ._. el chiste es que..bueno....no se porque no tengo ganas de hacer nada DDD: me siento pesimo...ojala pudiera haber algo que me ayudara ;-; no se,el suicidio..y..ok eso no e__e harto a la gente
    Stu es tan tierno :3 y la tipa que atiende en donde venden las pinturas es tan simpatica :'D estoy segura que desea arrancarle los ojos a Martha....¿sabias que desde los 4 años derramaba miel? *0* me escuche cantar a esa edad gracias a una grabacion que se encontro mi mamá y dije.."OH DIABLOS...YA SABIA YO QUE DESDE NIÑA ERA PERFECTA" :'D bueno,creo que tengo muchas ganas de comentar hoy e.e quiero hacerles un comentario largo para emm e.e para emm mierda olvide lo que tengo que escribir DD:< oh si,para compensar mi falta de comentarios estos ultimos emm dias..semanas quiza..Oh el cumpleaños de paul :'3 que hermoso bueno me callo ;-;
    me corte el pelo :3 ahora parezco que tuve cancer ;-; esperare hasta que crezca..mientras tanto no quiero salir a la calle TT_TT igual mi corte es "cool" e_e
    soñe con Freddie *0* ¿sabias eso? bueno yo tampoco ;-; es que soñe que un tipo que conozco se moria :OO solo que ese tipo ni me conoce e.e no hablo con el solo digo que lo "conozco" y ahi estaba Freddie :OO es gracioso
    me siento mal cuando me obsesiono con Freddie ;-; y ahora creo que volvio mi anterior obsesion con Janis esa mujer es perfecta...¿porque tenia que morir? DD:< era ...era tan :c no me siento nada bien..creo que toda la fuerza que tenia estaba en mi cabello... ;-; quiero tener un gato..otro gato ;-; y extraño mi melena..mi cabello era demasiado largo ;-; pero creo que tenia piojos...tengo suerte de que me crezca muy rapido el cabello e.e tendre una melena sedosa y hermosa como la de Brian May.ok ñee exagero ;-;
    Saben..estoy pensando en regresar a escribir fics ;-; quiza por no escribir fics me sienta mal...mmm quiza mañana empiece no una fic :3 a lo mejor ;-; siento que tengo mucha imaginacion..estos dias he imaginado muchas cosas ._. asi que quiza tenga para una fic de 120 capitulos MUAHAHAHA enserio ._. mi aburrimiento ha llegado tanto que he escrito una fic completa en un dia ;-; bueno..ya es un comentario algo largo ;-; y ni hable de su capitulo ay diablos ;-; bueno emm e.e su capitulo fue genial..como siempre ¬¬ malditas ojala algun dia yo tenga una fic como la suya D:< ok ya me largo :3 adios pequeñas e.e pequeñas LOL ya me callo ._.

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  6. Maldito Paul ya admite que amas a Martha!!!!!!!!!!! jajajajaja

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