lunes, 10 de junio de 2013

You better run for your life if you can, little girl...

(NARRA GEORGE)

Por un lado estaba Martha, totalmente –casi totalmente- sola y triste, y por el otro estaba Rita, que me miraba ansiosa con esos ojos tan brillantes, con esa actitud que solo ella tenía y que lograba hipnotizarme siempre. La balanza era bastante desequilibrada en ese instante y mi decisión era algo obvia.

El remordimiento que sentía por abandonar a mi mejor amiga se aplacó un poco cuando vi cómo Ashley y Stu pasaban por el otro lado de la acera, disfrutando de un día gris y lluvioso  como si se tratara de cualquier tarde de verano. Si seguían en la dirección por la que iban, seguro iban a la casa de Martha, y aunque probablemente ella no quisiera hablar con nadie, Ashley estaría con ella y la acompañaría un rato. Así que… luego la visitaría. Sí, después…

Rita: ¿George? ¿Estás bien?

Había olvidado totalmente que estaba esperando una respuesta mía. Le sonreí apenado.

Yo: Sí, no te preocupes. Vamos, te acompaño a tu casa.

Ella abrió una sombrilla que llevaba consigo y nos cubrimos bajo ella, mientras hablábamos de cosas triviales que me hicieron olvidar por completo mi preocupación por Martha. Estábamos llegando cuando se detuvo bruscamente y se paró al frente mío con el ceño fruncido.

Rita: A mí no me vas a engañar, George Harrison. ¿A quién dejaste plantado por venir a acompañarme? ¿Eres así siempre, o solo cuando se te da la gana?

La violencia de sus palabras me tomó por sorpresa y abrí los ojos, algo asustado. Debí haber sentido ira, o al menos indignación por su tono autoritario, pero la verdad es que no fue así. Tan solo sentía vergüenza porque me había pillado.

Yo: La verdad que no tenía nada que hacer. – mentí.

Ella entrecerró sus ojos y me dio la espalda con furia. Obviamente se había llevado también la sombrilla y la lluvia fría escurría por mi frente ahora. Parpadeé algo confundido y luego corrí tras ella.

Yo: ¡Espera! –de nuevo, se detuvo abruptamente y casi choco contra ella por segunda vez- Yo… bueno sí, tenía que ir a ver a una amiga.

Logré percibir una chispa de celos pasando por sus ojos y esbocé una sonrisa, pero luego tan drásticamente como se había enfadado, ahora me miraba con cariño.

Rita: Das ternura, Harrison, eres el único que hace eso a mitad de la lluvia. Yo no lo haría de no ser que fuera algo bastante urgente.

Yo: Sí, bueno, ¿qué tal si entramos? –Corté, fastidiado. Odiaba que me llamaran tierno y además empezaba a congelarme- Hace algo de frío acá afuera.

Rita: Si de verdad es urgente, puedes irte. No importa, realmente.

Ella seguía bajo la sombrilla y me miraba con curiosidad, a la espera de saber lo que haría; por mi parte, no había posibilidades de secarme pronto, escurría agua por todas partes. Solté un suspiro y miré al cielo antes de responderle.

Yo: ¿Recuerdas que preguntaste si era así con todos? – la miré fijamente- No Rita, solo contigo. Nadie me había hecho comportarme de esta forma, solo tú. Nunca nada será más importante que tú.

Me acerqué a ella y le acaricié la mejilla con mis dedos helados y húmedos, pero ella no se inmutó por la temperatura glacial de mis manos, al contrario, me respondió con una hermosa sonrisa.

(NARRA MARTHA)

Miraba aburrida cómo caía la lluvia torrencialmente sobre las calles de Liverpool, como si no fuera lo suficientemente fría de por sí. Había permanecido en esa posición, sentada junto a la ventana de una habitación que no era mía, por un largo rato, mientras John intentaba hacer no sé qué cosas en la cocina. Desde aquí escuchaba el tintineo de platos y sus constantes maldiciones que evidenciaban que no sabía absolutamente nada sobre cocinar. Pero yo no podía ayudarlo porque me había dejado atrapada allí con la excusa absurda de “tú estás enferma, deja y yo te traigo algo de comida” La única razón por la que no me había lanzado detrás de él era porque tenía curiosidad por saber a qué monstruosidad llamaba John “comida”. Ah y porque… estaba demasiado débil de todas formas.

Sin embargo la inercia estaba matándome, así que salí de la cama mandando la gripa al carajo y me dirigí a mi habitación arrastrando los pies. Era consciente de que estaba ardiendo en fiebre, pero realmente me importaba muy poco, así que me limité a envolverme en una cobija y ponerme una bufanda. Agarré mis pinturas y empecé a pintar.

Al inicio no estaba muy segura de qué iba a dibujar, pero a medida que el pincel se deslizaba por el lienzo, una oleada de recuerdos inundó mi mente. Y es que aunque Julia no hubiera sido tan cercana a mí como a John, había visto su muerte, había presenciado su asesinato y escuchado sus últimas palabras y ese tipo de cosas no eran fáciles de olvidar. Por mi cabeza se repetía una y otra vez la imagen del carro arrollándola, yéndose sin siquiera detenerse a averiguar nada, su cuerpo lleno de cardenales, la sangre en la carretera… El pincel se movía sin que yo tuviera que hacer un mínimo esfuerzo, los trazos fluían con furia y dolor y todos mis músculos estaban tensionados, descargándose alrededor de esa única pintura.

Y de improviso, unas manos cálidas me abrazaron por atrás, al tiempo que unos labios que ya conocía casi de memoria, me besaban el cuello con dulzura.

X: No deberías estar aquí. – me susurró al oído.

El gesto tenía toda la intención de ser romántico y tierno, pero desafortunadamente, yo estaba demasiado tensa en ese momento para responderle de la misma manera. Me volteé con el ceño fruncido y le espeté:

Yo: ¿Y qué querías John? ¿Qué me quedara en tu habitación, encerrada como una inútil?

Él se sorprendió al inicio por mi brusco rechazo, pero luego hizo aparición su habitual carácter y me miró con ademán irritado.

 John: A mí no me hablas así, ¿de acuerdo?

Yo: Yo le hablo como quiero a quien se me dé la gana.

John: ¡¿Qué?! ¡Oye, cálmate! ¡Yo no te he hecho nada para que vengas a tratarme así!

Ambos estábamos tensionados a una distancia muy corta, si seguía así, podía terminar de una forma no muy agradable. Entendí que había sido una estúpida por dejar que la rabia se me subiera a la cabeza de esa manera y aún peor el hecho de haberme desquitado con él tan drásticamente.

Yo: Tienes razón, lo siento. – dije en un suspiro, relajando los músculos.- Es solo que… me agarraste en mal momento, perdón.

John: No te preocupes, es entendible. – Dijo relajándose a su vez y  acomodando un mechón de cabello tras mi oreja.

Me volteé hacia la pintura y él me abrazó por atrás de nuevo, pero esta vez no me opuse en absoluto. Apoyó su mentón en mI hombro y yo entrelacé sus manos con las mías.

John: Me gusta, es justo lo que siento ahora. – murmuró, refiriéndose a la pintura.

Yo: ¿En serio? – respondí arrastrando las palabras, pues mi mente estaba de vuelta en la creación de mi obra.

John: Ajá… - afirmó con los labios pegados a mi cuello y subiendo de mi hombro hasta mi oreja y viceversa.

Un túnel sin salida, pero sin embargo lo suficientemente infinito como para nunca chocar contra el muro que lo taponaba al final, tan oscuro y vacío como el corazón de los hijos de la muerte, como el universo mismo.

Yo: Voy a terminarlo. – dije quedamente, a la vez que volteaba mi cabeza y me encontraba con sus ojos. Él asintió y luego de un beso rápido, bajó al primer piso para ver televisión.

Yo: ¿Y la comida? – pregunté antes de que llegara abajo, con una sonrisa burlona.

John: Al diablo con la comida. – gruñó él, encendiendo el televisor.

Sabía que pintar era la única forma desahogarme, y era algo que me gustaría hacer el resto de mi vida si era posible. Seguí con el lienzo, pero aunque no quería que me desconcentraran, tampoco quería centrarme totalmente en él, pues podía entrar en una depresión de la cual sería muy difícil salir después.

En ése momento sonó el timbre y bajé apresuradamente con la esperanza de que fuera George; extrañaba abrazarlo y escuchar sus consejos pronunciados con su tono de hermano comprensivo. Cuando pasé cerca del televisor, John me atajó de golpe.

John: Ey, ey, ey ¿a dónde vas? ¿Qué parte de “estás enferma, quédate en mi habitación” no entendiste?

Yo: Si no estoy mal, John, ALGUIEN me prometió que me llevaría comida – le solté mientras trataba de zafarme de él.

John: Touché – respondió y me liberó- No te demores demasiado, es en serio lo de estar enferma.

Asentí sonriente y fui a abrir la puerta,  pero no era él, sólo eran Ashley y Stu. La decepción se pintó en mi rostro y me dio un aspecto aún más demacrado.

Ashley: Dios Martha, estás horrenda.

Stu: Tampoco seas tan dura con ella…

Ashley: Es mi mejor amiga, ella me entiende. ¿Cierto?

Yo: Sí, lo sé, parezco una bola de pintura resfriada. – dije tosiendo un poco.

Stu: La verdad que sí – sonrió con dulzura - ¿Estabas pintando?

Yo: Intentaba hacerlo.

Stu: Por favor, no seas tan modesta. Vamos a verla.

Entraron al corredor y Stu dejó allí la sombrilla bajo la cual venían ambos, muy acaramelados. Luego de pasar por la sala y de intercambiar saludos y miradas celosas-preventivas por parte de John, subimos los tres a mi habitación.

Cuando abrí la puerta, el color subió a mis mejillas de la vergüenza. Estaba hecho todo un caos. Sin embargo, Stu no le dio demasiada importancia, tal vez porque probablemente, la suya estaría igual, toda llena de pintura y frascos de acrílico vacío por todas partes.

Con todo, lo que menos me imaginé fue la actitud de Ashley. Entró altaneramente y con una expresión de asco que no se preocupó en disimular, antes de pararse finalmente en el centro de la habitación y suspirar con fastidio.

Ashley: ¡Dios! ¿Qué pasó aquí? Estás algo descuidada, no recordaba que esto fuera tan desordenado.

Yo: Gracias Ashley, yo no recordaba que fueras tan crítica. – contesté fríamente.

Ella notó mi tono despectivo y enarcó una ceja.

Ashley: Oye, oye, yo no tengo la culpa de que se haya muerto, ¿ok?

Una oleada de furia recorrió cada músculo de mi cuerpo y la miré con tanto desprecio que retrocedió asustada, sin embargo no fue algo que le sirviera de mucho; ya que abalancé hacia ella con intención de quitarle los ojos y cortarle la lengua en pedacitos. Sin embargo, sólo alcancé a empujarla con brusquedad y arrancarle algunos cabellos antes de que Stu me separara de ella.

Stu: ¡Cálmate!

Yo: ¿QUE ME CALME? ¡ESA ZORRA SE METIÓ CON JULIA! ¿CREES QUE ES FÁCIL HABER VISTO UNA MUERTE, ASHLEY? ¿PORQUÉ NO INTENTAMOS CON LA TUYA?

Stu: ¡CÁLMATE, MARTHA!

Estaba al borde de las lágrimas y sollocé mientras todo mi cuerpo temblaba.

Yo: Perdóname Ashley, es sólo que toda esta situación se me está saliendo de las manos.

Ashley: No importa… supongo que también fue mi culpa, de todas formas.

“La mayoría de la culpa”, pensé aún con algo de rabia. Empezaba a sentirme mareada, pero no le di mucha importancia a eso, últimamente me sucedía mucho.

Stu: La verdad que pintas hermoso… te felicito. – dijo cambiando de tema. Le agradecí con una sonrisa.

Stu: ¿Vas a volver al instituto? Recuerda que en unos días empezamos clases otra vez…

Eso me cayó como un balde de agua fría. ¿Por qué tenían que haber venido? Así, como dos estúpidos, queriendo devolverme a la realidad; mientras yo estaba muy feliz en mi mundo personal con John y mis pinturas. Bueno, feliz no, estaba lejos de sentirme así. Pero me sentía cómoda, más cómoda de lo que estaría volviendo a la típica rutina de siempre.

Ashley: ¿Martha…? ¿Estás bien?

Me había quedado estática, mirando al vacío, tratando de asimilar todo lo que se venía de ahora en adelante…

X: ¿Todo bien?

Y ahí estaba, apoyado contra la puerta, mirando a los dos intrusos con una expresión desconfiada y los brazos cruzados. Dirigió su mirada hacia mí y se alarmó al verme en ese estado.

Stu: No lo sé John, ella sólo se quedó ahí, mirando hacia la nada.

John siguió mirándome por unos segundos, antes de responder severamente.

John: Creo que es mejor que se vayan. Vamos, los acompañaré a la puerta.

(NARRA JOHN)

Ambos me habían mirado como si sospecharan algo, pero no tardaron en acatar mis órdenes. Casi cerré de un portazo cuando abandonaron la casa, y volví a donde se encontraba Martha. Estaba mirando por la ventana de su habitación y yo la abracé. Nos quedamos ahí por unos instantes, cada uno sumergido en sus propios pensamientos, viendo a la luna avanzar con pasos gráciles por el cielo estrellado, como si fuera una reina.

Yo: Cariño, estás temblando.

Así era, entre mis brazos se estremecía sin parar. Suspiró quedamente y me miró con ojos tristes.

Martha: Creo que me voy a dormir. Ha sido un día largo.

La solté y me fui a mi habitación para darle algo de privacidad. Ahí estaba su aroma como un fantasma, entre mis sábanas, en mi ventana, en todas partes. Inhalé profundamente y me recosté en mi cama, yo también estaba exhausto.

Pasados unos momentos, se apareció en mi puerta.

Martha: ¿Me acompañas? No quiero dormir sola.

Supe que sus palabras no ocultaban una segunda intención por el tono de su voz, y de todas formas, no tenía mucho ánimo. Me estaba muriendo de sueño.

Yo: Claro, voy en un segundo.

(NARRA MARTHA)

La noche era fría y olía a muerte, pero John entrelazó sus brazos a mí alrededor y el calor de su cercanía me hizo olvidarlo por completo. Me sumergí en un sueño profundo y sin sueños.

Al día siguiente, desperté gracias al suave roce de los dedos de John por mis brazos.


¡ ¡Por fiiiiiiiiiin!! Casi no logro terminarlo, de verdad, qué odisea. Me la enviaron el sábado, me quedé dormida, el domingo estuve haciendo tareas, y hoy terminando un cuento para un concurso que cerraba hoy... ¿saben lo peor? ¡QUE EXTENDIERON EL PLAZO JUSTO CUANDO ACABABA DE ENVIARLO! Voy a pegarme un tiro.

Sin embargo aquí está, largo y unas horas antes de lo habitual :3 Para que lo lean antes de dormir! Son adorables, personalmente me casaría con este John <3

No respondemos ante muertes, pero déjennos algo en su testamento (? JAJAJA esa escena hizo volar al mundo, lo bueno de que no pasara es que... como dijo Aly, "no tenían condón" :D
Sí Valery, hay que tenerle cuidado a Paul... muehehe
GRACIAS A DEBBIE POR LEER! Es hermoso :') TAMBIÉN GRACIAS A MARY! Tus comentarios son lo más, chica. GRACIAS A TODAAAS <3 
A mi hermana no le digo nada porque está re estresante... ;)
Y... yo sé que estás leyendo esto... Hola Fer! <3 Por fin subí, ya ves. 

CHICAS, UN ABRAZO ENORME Y DUERMAN MUUUUUUUUCHO!
P.D: ¿Alguien sabe algo de Rita?
Las amo dearies, cuídense.

By: Las ideas ideales de Mónica McCartney.
And: La edición impuntual pero hermosa de Lady Mary.

6 comentarios:

  1. Geo es una ternura Awwwww Rita:A mí no me vas a engañar, George Harrison. ¿A quién dejaste plantado por venir a acompañarme? es la ternuraencarnada... okno no, nosenadaderita ok estoy con mucha adrenalina dormiré muy bien dear LOVEYA

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    1. sorry por la perfeccion pero se para 2 veces?
      Estábamos llegando cuando se detuvo bruscamente y se paró se paró al frente mío con el ceño fruncido.LOVEYA

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  2. Que chocantes me parecieron Stuart y Ashley, sobre todo esta ultima, ni siquiera es una verdadera amiga al decir esas cosas, me cayo pésimo ¬¬ lo que si me gusto mucho, fue la declaración de George, tan tierno, aunque me dio risa cuando Rita le dijo que era muy tierno y se puso incomodo, George era un chico rudo en ese tiempo, de tierno NADA XDDD algo me dice que John y Martha van a quedar juntos, aunque sigue el pendiente de Paul, todavía sigo intrigada por ver si se van a gustar o que, por eso estoy esperando el próximo muy pronto, AMO la fic ♥♥

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  3. Ashley, eres una maldita:c, que pesada fue, ya me cae mal jaja, pero dahh, george y rita dos enamorados:$ ¿qué pasó con rita? :c Y.. Paul, pobre chico xD, pero lo mejor esss John y martha, durmiendo juntitos y calentitos:33333333333 que rico, es tan tierno con su.. ''hermana'' xDDDDDDDDDDDDDDD espero con MUCHAS ansias el capítulo, más le vale que escriba monica. kjdkgsdjl

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  4. Ya no me cae bien Ashley zorra jajaja yo no soporto que me traten así cuando más vulnerable estoy, pero Stu no se porto tan mal. Igual, ¡bien, John por echarlos! Y dormir con ella inocentemente una vez más, hermoso.
    Oh, ¿qué va a ser Paul el coqueto Babyface McCartney? estoy intrigada... aunque no lo parezca, lo estoy xD
    George siempre me pareció tierno, aun en su faceta de Teddy Boy me parecía aun más tierno, o cuando leí que el entubaba los pantalones para parecer mayor ¿a quién no le parece eso tierno? :33 jaja
    Eeeeeeeeen fin, suban pronto. Saludos ;)

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  5. Que mal plan de Ashley :/ hubiera estado chido que hubiera más golpes jajaja naa, pero no ma pobre martha :/

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