(NARRA JOHN)
Cuando empecé a
sentirme cansado de estar en la misma posición por tanto tiempo, me di cuenta
de que había pasado más de cuatro horas sentado en el sillón, viendo a la nada
como un estúpido.
Había estado dándole
tantas vueltas como fue posible al caos mental que estaba en mi cabeza,
tratando de sacar algo en claro, esperando darle una forma definida. No lo
conseguí.
Y es que no
sabía… ¿qué era eso que me había hecho hacer lo que hice con Stu? ¿Celos? ¡NO,
NO DEFINITIVAMENTE NO! Nunca en toda mi existencia había sentido un ápice de
celos, a lo mucho, había sentido algo de posesividad, pero nada que me afectara
de forma tal que le cerrara la puerta en la cara a uno de mis mejores amigos.
Ni siquiera le había partido la cara a Rod Davies cuando supe que había estado
con Diane, ¿por qué me iba a enojar ahora porque Stu había llegado con flores y
chocolates como todo un Romeo para conquistar a mi hermana, como si todo lo que
él hubiera hecho no hubiera afectado en nada, como si no la hubiera hecho
llorar nunca, como si ella tuviera la obligación perpetua de amarlo, por qué me
iba a afectar ese detalle? No, no eran celos.
Pensar tanto me
mareaba, así que agarré el teléfono y como por arte de magia, en 10 minutos
estábamos todos en la casa de Julia ensayando.
Aunque pesado –
como siempre que estábamos todos los chicos juntos- el ambiente me daba un aire
más relajado. Ensayábamos ahora con más ahínco y dedicación desde la llegada de
Paul, pues nos había dado lecciones a todos y gracias a eso el sonido había
mejorado de una forma impresionante.
Sin embargo, y
aunque había logrado apartar a Martha de mis pensamientos durante todo el
ensayo, ahora empezaba a volver, y eso me estaba sacando de quicio.
Yo: Bueno
chicos, creo que esto es todo por hoy… a mi parecer todo está muy bien gracias
al cara de bebé, pero aún hay cosas por mejorar. Recuerden que en un mes es la
audición de bandas y si no ganamos, les juro que golpearé a alguien.
Todos los
presentes soltaron una sonrisa nerviosa y se despidieron para irse rápido.
Aunque siempre queda ese alguien que…
X: Oye Lennon,
¿porqué no vino tu hermana hoy?
No sé porqué me
contuve y no le lancé directamente el puñetazo a la cara a Pete, hubiera sido
un golpe muy placentero de dar. Sin embargo, me limité a apretar los puños con
fuerza y dirigirle una mirada asesina.
Yo: Pues simple
y sencillamente porque la estás alterando con tanta maldita insistencia tuya
Shotton, ¡ya supérala idiota, ella ni siquiera se fija en ti! – le espeté
gritando en la última frase.
Un silencio
abrumador invadió la habitación y las pocas personas que aún quedaban, entre
ellas Pete, me miraron con terror y
sorpresa por mi reacción.
Paul: Wow, creo
que el ambiente está algo pesado por aquí… - murmuró conciliador, y luego se
dirigió a mí- Vamos a caminar un rato John, despejémonos de todo esto.
Yo: Yo decido
qué es lo que voy a hacer McCartney, así que tú y Pete y todos los que están
haciendo estorbo en la casa de mi madre se largan de inmediato. – gruñí. No
tuve que repetirlo, ni bien hube terminado, la mayoría ya estaba afuera. Paul
me dirigió una última mirada de preocupación, pero al final también se fue.
Solté un suspiro
cargado de estrés y me dirigí a Strawberry Fields.
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Lucy: ¿Quieres
jugar a las escondidas? Tú cuentas y yo me escondo.
Sonreí y
acaricié los rubios cabellos de la chiquilla que estaba sentada a mi lado con
una mirada brillante en sus ojos… tan similares a los de…
Yo: Nah, siempre
hacemos eso. ¿Qué te parece si tú cuentas y yo me escondo?
Lucy: Serás más
fácil que encontrar a un elefante, ¡vamos!
Salió corriendo
y se puso a contar, y mientras, yo me
escabullí detrás de un árbol viejo.
De repente un
escalofrío helado recorrió todo mi pecho y me senté jadeando. No, no, no, no
eso sólo pasaba cuando alguien… Aún recordaba la muerte de mi tío George, había
sentido exactamente eso. No podía ser, ¿quién…?
Pensé
inmediatamente en Martha y cerré los ojos tratando de apartar esos presentimientos
terribles de mi mente.
(NARRA MARTHA)
Llevaba hablando
con Stu alrededor de unas tres horas y habíamos recorrido Liverpool por lo
menos dos veces, pero la verdad es que no me cansaba de escucharlo. Aunque para
mi sorpresa y también para la suya, ya no sentíamos absolutamente nada el uno
por el otro. Lo de antes había sido impulsivo, algo de costumbre y su
dedicación en encontrarme también había sido obra de nuestra cotidianidad. Así
que… todo estaba superado.
Sin embargo,
descubrí con deleite que ahora estaba prendado de Ashley. Por supuesto él
todavía no lo sabía, y Ashley lo negaría hasta la muerte, pero yo estaba
completamente segura de que esa relación sí funcionaría. Por lo tanto, mi papel
ahora sería el de ser Cupido.
Era tarde, entonces
Stu me acompañó hasta la casa. Íbamos riendo como dos buenos amigos cuando a lo
lejos divisé a Julia, que venía con su habitual sonrisa cruzando la calle.
Cuando me
reconoció, sonrió aún más y me saludó, yo lo hice de vuelta, y entonces… sucedió.
Fue como una
película, todo pasó en cámara lenta. Me recuerdo a mí misma gritándole que
tuviera cuidado y su expresión confundida antes de mirar hacia atrás. Demasiado
tarde.
Un auto de la
policía que iba a toda velocidad y sin ninguna intención aparente de detenerse la
embistió con fuerza y siguió derecho sin preocuparse en lo más mínimo.
Yo me había
lanzado a la calle para apartarla del camino del auto, pero Stu me había
agarrado firmemente de la espalda y me había salvado la vida por cuestión de
segundos. El auto pasó rozándome el rostro a una velocidad espantosa, pero aún
así había alcanzado a oler el inconfundible hedor que producía el alcohol
etílico por la ventana abierta del conductor.
De ahí en
adelante todo fue demasiado confuso para recordarlo detalladamente.
Corrí hasta ella
y le agarré la mano compulsivamente, mientras tanto, Stu corría a pedir ayuda a
la casa de Mimi, que estaba a unas cuadras de ahí. Jadeaba de desesperación y
las lágrimas se escurrían irrefrenables por mis mejillas mientras trataba de
contener la sangre… era demasiada sangre, demasiados golpes… no lo iba a lograr…
Julia: Martha
querida… cuídate mucho… saluda a John por mí, dile que… que lo amo más que a
nada y que… que espero que algún día me perdone… por dejarlo… por favor
cuídalo, yo sé que ustedes dos… tienen algo especial… cuídense mucho…
Yo: Por favor
Julia, no me dejes, no puedes hacerlo ahora…mírame a los ojos… te necesito,
John te necesita, por favor….
Los sollozos no
me dejaban hablar con claridad y mis lágrimas empezaban a mezclarse con la
sangre. Ella sonrió una última vez y cerró los ojos justo antes de que llegara
la ambulancia. Dos paramédicos se bajaron con premura y mientras uno me
apartaba de ella, el otro revisaba sus signos vitales.
Paramédico:
Pulso débil, inestable, se nos va, ¡Smith, la camilla! ¡Preparen para CPR!
Resiste chica, vamos, continúa con nosotros…
No supe qué más
diría, ni me interesaba tampoco, en ese instante comprendí que no había nada
que más que se pudiera hacer por ella. En el momento solo un nombre rondaba mi
cabeza, había rondado todo el día, pero justo ahora se hacía indispensable.
Me zafé de los
brazos del paramédico y salí corriendo. Ni se me pasó por la cabeza pensar a
dónde iba, simplemente estaba buscando a John y sabía que iba a encontrarlo de
una forma u otra.
El destino me
llevó directo a Strawberry Fields.
En cuanto llegué
y lo vi tan feliz jugando con aquella niña me remordió un poco pensar que le
iba a partir esa felicidad, sin embargo el dolor superó el resto y le grité con
toda la fuerza de mis pulmones:
Yo: ¡JOHN!
Y caminé
envuelta en lágrimas hacia él.
(NARRA JOHN)
En cuanto
escuché su voz, el alivio recorrió mi cuerpo, que había estado algo tenso desde
aquel presentimiento. No estaba muerta. Pero en cuanto me volteé, mi estómago
se revolvió con angustia. Venía empapada en lágrimas y su grito había sido
desesperado y doloroso.
Salí corriendo
hacia ella y en cuanto nos encontramos me abrazó tomándome por sorpresa. La
abracé de vuelta mientras la ansiedad empezaba a consumirme. Esto no me gustaba
nada, algo terrible había ocurrido.
Su llanto era
desgarrador y sentía el temblor de su cuerpo entre mis brazos. Pasó un buen
rato para que saliera de mi estado de shock y ella disminuyera la potencia de
su llanto y solo entonces me atreví a preguntarle:
Yo: ¿Martha?
¿Qué pasa, quién te hizo esto?
Ella negó con la
cabeza y trató de calmarse un poco. Yo le sequé las lágrimas y le insistí para
que hablara.
Martha: Es…
Julia… ella…
Ni bien terminó
de decir su nombre y yo ya estaba congelado. Comprendí de inmediato lo que
significaba, pero no lo quise aceptar, no podía ser posible.
Yo: ¿Qué… qué le
pasó?
Martha: Un
maldito policía borracho, eso fue lo que pasó – en ese instante dejó de lado la
tristeza y se llenó de ira – El estúpido ni siquiera se detuvo cuando la atropelló,
siguió como un maldito desquiciado, ¿Y ASÍ QUIEREN QUE SE RESPETE LA LEY? ¡SON
UNOS ESTÚPIDOS JOHN, UNOS MALDITOS BASTARDOS!
Y se agarró de
mi cuello para llorar otra vez desconsoladamente. La ira también recorrió mi
cuerpo, pero en ese instante, la angustia estaba demasiado intensa como para
ser reemplazada. Le apreté las manos.
Yo: ¿Dónde está?
¿Está bien? ¿Va a sobrevivir?
En cuanto
pronuncié las dos últimas preguntas, el rostro de Martha se contrajo de dolor y
yo deseé que todo fuera un sueño, una pesadilla… no, no justo ahora…
Martha: Está en
el hospital, pero… no sé si….
Lucy: ¿Qué pasa,
John?
Casi me había
olvidado de ella. Había estado todo el tiempo mirándonos preocupada y
confundida y lo último que quería era que me viera llorar.
Yo: Corazón,
todo está bien, ¿vale? Ve adentro y yo vuelvo otro día para jugar ¿bueno?
Ella asintió aún
muy confusa y se fue.
Agarré a Martha
de la mano y salimos corriendo. No la solté ni un segundo hasta que llegamos al
hospital y fue hasta entonces cuando me percaté de que tal vez había sido
demasiada fuerza.
Yo: ¿Estás bien?
Martha: Es lo de
menos… - dijo mientras abría y cerraba la mano distraídamente. Luego me miró
angustiada – No sé tú, pero yo quiero ver a Julia.
Asentí con
seriedad, pero antes de subir las escaleras hacia su habitación, le besé la
mano a manera de disculpa. Ella se sonrojó, pero me acompañó hasta allá.
No sé que
esperaba cuando llegara al lugar, tal vez ver a Julia saliendo de la habitación
sonriendo como siempre lo hacía, o al doctor con una sonrisa fatigada diciendo
que la había podido salvar… no lo sé, pero francamente, no era nada de lo que
había ahí. Encontramos a una Mimi demacrada, llorando desconsoladamente y al
doctor dándole el pésame.
Fue entonces que
me invadió la ira. Crispé los puños y fruncí el ceño en un gesto de negación.
Martha: ¿John? –
me miró preocupada, pero no cambié mi reacción. Nada me iba a calmar ahora.
Mimi: John, tu
madre ha… fallecido. – dijo acercándose con su habitual falta de tacto.
El universo se dio
la vuelta y todo empezó a girar descontroladamente. Oía a lo lejos la voz
suplicante de Martha para que entrara en razón y la voz seria de Mimi para que
mantuviera el control…
El dolor era tan
tangible en la cara de Martha que sólo por ella me relajé, pero salí del
hospital antes de que terminara golpeando a alguien. Ella no me siguió, y se lo
agradecí. Ahora estaba por mi cuenta, no sabía a dónde iría, qué haría, en dónde
me refugiaría… no me importaba.
Nada importaba
ahora.
Todo estaba
vacío.
Incluyéndome.
(NARRACIÓN
NORMAL)
El negro era el
color predominante… como siempre en esos casos.
Una multitud de
gente salida de Dios-sabrá-dónde se aglomeraba alrededor del ataúd con una tristeza
mayoritariamente fingida. Sólo estaban ahí para dar el sentido pésame, aunque
no lo sintieran de verdad. Algunos ni siquiera sabían de quién se trataba, sólo
estaban ahí por debido al morbo general de una persona muerta a manos de un
policía ebrio.
Todos expresaban
su indignación, pero a fin de cuentas, nadie hacía realmente nada.
En un rincón,
alejado de todo y de todos, se hallaba un joven vestido de teddy boy con una
cara de póker que expresaba todo su dolor y que a la vez, lo ocultaba. Observó
cómo el ataúd descendía hasta tocar fondo y luego cómo la tierra caía
acompasada sobre la tumba sin decir una palabra ni dejar escurrir una lágrima.
Sólo hasta que se añadió la última tanda de tierra, soltó un suspiro tenue.
El día que hasta
ese entonces había estado irónicamente soleado, se ensombreció y empezaron a
caer gruesas gotas del cielo. Las damas espantadas, salieron corriendo a
refugiarse y los caballeros también se fueron en su mayoría para acompañarlas.
El padre de las
hermanastras de John también se fue junto con las chicas y Mimi.
El muchacho
pensó que se había quedado definitivamente solo, y que así sería su destino de
ahora en adelante, pero distinguió una figura al frente de la tumba. Estaba
parada, mirando fijamente la lápida y parecía ni siquiera notar que la lluvia
se había desencadenado. El agua escurría de su largo pelo castaño y no se movía
ni un centímetro. Estaba a punto de ir a su encuentro cuando notó que había
otro muchacho recostado en un árbol cercano... observaba con tristeza y tal vez
con algo de nostalgia. Se le acercó primero y lo reconoció cuando estuvo lo
suficientemente cerca.
John: ¿Qué haces
aquí? Te dije a ti y al resto de los de la banda que se fueran hace bastante
rato.
Él se encogió de
hombros y lo miró de frente.
Paul:
Francamente, quería darte el pésame en persona.
John: ¿Y con qué
motivo, ah? ¿Qué me vas a decir? “Oh lo siento tanto, John” ¡NO, NADIE LO
SIENTE, NADIE LO SABE! ¡NADIE SABE QUÉ ES LO QUE YO PERDÍ Y SE CREEN CON
SUFICIENTE AUTORIDAD PARA VENIR A RESTREGÁRMELO EN LA CARA! ¡VETE A LA MIERDA
MCCARTNEY!
Paul trató de
agarrarle los brazos para calmarlo, pero John le respondió con un puñetazo que
lo lanzó al piso. El aludido soltó una maldición, pero se levantó sin inmutarse
por la sangre que escurría por su nariz.
Paul: Yo si lo
sé John. Mi madre murió cuando tenía catorce años, he tenido que vivir con eso
desde entonces. Sé qué se siente, sé lo que odias al mundo por haberte hecho lo
que te hizo, pero no por eso tienes que desquitarte con él. No vale el esfuerzo.
John abrió los
ojos con sorpresa ante la confesión y se quedó mudo de vergüenza.
John: Lamento
haberte golpeado Mcca, no fue mi intención.
Paul: Lo sé.
Ambos guardaron
silencio un instante, pero entonces John cedió y empezó a llorar con fuerza.
Paul lo abrazó, comprensivo y fue hasta que John se calmó que se separaron.
John: Gracias,
de verdad.
Paul: Para eso
están los amigos, ¿no?
Ambos sonrieron
con una sonrisa cómplice que se repetiría a lo largo del tiempo desde entonces,
porque acababa de consolidarse una amistad indisoluble.
Paul se retiró
luego y entonces John se dirigió hacia la muchacha que seguía allí, como si
nada. La lluvia había cesado, pero ella seguía empapada.
John: Te vas a
resfriar.
Martha: No me
interesa en lo más mínimo.
Ignorando su
respuesta, se quitó su chaqueta y se la puso a ella. Ella sollozó y lo abrazó
con fuerza. Él también lo hizo y se mantuvieron en silencio durante un tiempo
indefinido.
Martha: La voy a
extrañar mucho.
John: Yo también
amor, demasiado.
Él sintió como
se estremecía al escuchar la forma en la que la había llamado, pero ella no se apartó.
Se quedaron
abrazados de esa forma hasta que el sol salió definitivamente y terminó de
secarlos. Entonces se devolvieron juntos a casa.
Escribir esto me puso algo depresiva, así que sólo puedo decir, gracias a todas las que leen. Aly, te aseguro que te quedarás con alguien ;), Rita, disfruta a George... por ahora muehehehe, Claudia, gracias por presionarnos tanto, gracias a todas de hecho, dudo que publicáramos tan seguido si no presionaran de esa forma.
Mary, adivinaste! aquí está el gran cambio, nada será igual desde ahora. No te preocupes, yo también amo el drama, sería algo aburrido sin él ;)
Ashley |
Martha |
Vale hizo esto, no es divina?
Son sus respectivas versiones de Martha y de Ashley, me encantan, la verdad. Además, me confesó que las hizo en clase, ¿puede ser más tierna?
Mónica les manda saludos y perdones por estar tan ausente, una amiga cercana falleció hace poco y de hecho se valió del suceso para escribir ésto... mucha voluntad e ingenio, debo admitir.
Gracias por leer dearies, y como siempre, duerman.
Ah y Rita, no importa si el sueño es tu esposo, estoy segura de que no soy su única amante ;)
Love ya.
Lady Mary.
;-; le dijo amor, LE DIJO AMOR, la brazo, falto el beso(?) pero... no que la madre de Paul murió cuando el tenia 14? e-e pequeños detalles x3
ResponderEliminarAY CARAMBA! muchas gracias por dejarme aparecer en tu fic, *-* ailobio
OH FUCK TIENES RAZÓN! Eso me pasa por chatear y escribir al mismo tiempo :S
EliminarYa lo arreglé, gracias e.e
qwertyuiopasdfghjklñzxcvbnm JAJAJAJAJA
ResponderEliminarTe gustaron los dibujos?... cool.... MURIO MURIO! BUAAAAAA
EliminarQue ternura de hermana/o ... no tengo nada mas q decir
Casi... casi me hacías llorar :'c (es que he andado muy e.e muy sensible) :'c Juliaaaaaaaaa! ¡Pero para que vergas está Martha! T__T pinche madre :'c nope, mejor me voy a la verga :'c Aunque John 1313 no pues e. e
ResponderEliminarLa muerte de Julia, es tan deprimente, he leido sobre eso en montones de fics y me sigue entristeciendo de igual manera, es muy tragico y me siento mal por John, sufrio tanto por eso :'( pero aun asi, lo que mas me sorprende del capitulo, es que Stu y Martha ya no sientan nada el uno por el otro, parece que no estaban tan enamorados como creian :/ a ver como le va con Ashley. Espero el proximo con muchas ansias, este estuvo muyyy bueno :)
ResponderEliminar¿quien es Julia? e.e ok no solo era broma ._.
ResponderEliminarVale dibuja mejor que yo :c nah es broma yo dibujo mejor que todos,ARRODILLENSE ok no :3
¿porque tenia que morir Julia? :c ella era una mujer buena TT_TT ok me caia bien e.e
perdon por tardarme en comentar,es que,me he estado durmiendo todo el dia y ando despierta de noche,el sueño invertido ya sabes..EL SUEÑO ES SOLO MIO MARY,NO ES TU AMANTE Y DE NADIE MAS DD:< ay stu que lindo :3 ok ya .-.
deberias ver mis ojeras mujer e.e parezco un muerto TT_TT ok ¿porque siempre hablo de mi? ._.
el egocentrismo primero :3
tengo que irme e.e estoy sudando horrible aqui estamos a 32° estamos peleando por el lugar de haber donde esta mas caliente,aqui o en Mexicali,yeah somos los mas jots ok no e.e
ya me largo,mucha estupidez adios :c
Wow. ¡Me encanto! Es un capítulo muy triste :c Murió Julia, ella siempre me cae muy bien a pesar de todo lo que le hizo a John, pero lo hizo para bien, porque algunas veces me pongo a pensar qué hubiera pasado si John se hubiera ido con el padre, tal vez no estaría comentando por aquí y tal vez no hubieran existido los Beatles, lo sé, muy triste. Siempre me encanto la parte de Nowhere boy cuando John golpea a Paul, sinceramente es un poco cómico desde mi punto de vista. Esa fue la única parte que me saco una sonrisa en el funeral de Julia, o como le pego a Pete, bueno, siempre le pegaba a Pete.
ResponderEliminarStu y Martha ya no sienten nada por el otro :/ Y Stu ya le pego el ojo a Ashley, picaron jaja. Tal vez ellos tengan algo, pero tal vez tiempo después él conozca a Astrid y ¡BAM! Adiós Ashley :(
Aly tiene razón, falto el beso y tales... hubiera sido algo extraño, pero no tanto como en el otro capitulo donde casi les ganan las hormonas :$ Ellos son unos grades "hermanos" :) Pero todavía quiero que Martha vea a Paul :(
Me tengo que ir ¡Subaaaan! Saludos, sueñen con Paul ;) Yo lo haré.
Chale casi lloro :'( fue tan conmovedor este capitulo pobre Julia :'( no se merecia ese destino, pero lo bueno de aqui es que nacio una real y hermosa amistad entre John y Paul :)
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