domingo, 19 de mayo de 2013

What can I do?


(NARRA GEORGE)

Me pasé la noche despierto pensando en cómo estaría Martha… ¿le habría pasado algo muy grave? ¿Había hecho mal en dejarla ir sin ayudarla? Aunque sabía que si existía una persona capaz de hacerla entrar en razón, esa era John y por suerte para ella, lo había encaminado hacia donde ella estaba… claro que tenía una mirada distinta, de esas en las que… pero no, ella era su hermana. Seguramente había interpretado mal las cosas.

Un pensamiento travieso que se coló en esa lluvia de preocupación me hizo preguntarme de qué forma me afectaba todo eso, ¿acaso me gustaba?

Lo pensé por menos de un segundo. Ni siquiera cabía la posibilidad, no era eso. Era más como una hermanita, alguien por quien me preocupaba de una forma fraterna, con amor familiar. Tal vez yo era incluso más hermano de ella que John…  Era por eso que me dolía verla así tan triste, sabiendo además que era una niñita testaruda.


Caminaba con Margarita a mi lado por las calles de un Liverpool inusualmente soleado. El clima elevaba mi estado de ánimo y sólo por eso andaba feliz. ¿A quién engañaba? También guardaba la esperanza de encontrarme con aquella chica dulce que me había hablado ayer y que me había hecho erizar la piel como ninguna otra… Quién sabe, tal vez me la encontrara, afortunadamente éste era un lugar bastante pequeño.

Tentado por un carrito de helados, interrumpí el paseo y me dispuse a comprar uno, pero entonces… la vi. Con su forma tan despreocupada de caminar,  se acercaba a mí siguiendo un ritmo imaginario. Involuntariamente compré dos helados y fui a su encuentro.

Al verme mostró una sonrisa espontánea y se detuvo en seco. Me tambaleé un poco para evitar chocar con ella.

X: Supongo que éste es para mí – dijo y agarró sin reparos el helado que sostenía en mi mano izquierda.  Me quedé tan embobado que casi no le respondo.

Yo: Eh sí… Supuse que te gustaría el chocolate.

X: Casi no como helado, pero gracias, es uno de mis favoritos. – respondió encantada y se sentó en el pasto del parque que estaba al frente; luego me hizo señas de que me sentara junto a ella.

No hablamos mientras nos terminábamos el helado, comer era algo que exigía mucha concentración.

Yo: ¿Qué pasaría si te dijera que no me acuerdo de tu nombre? – pregunté mientras me comía el último trozo de galleta.

X: Te respondería que es lo más normal de este mundo.  Y tal vez te lo recordaría.

Yo: ¿Cuál es tu nombre? -sonreí, divertido.

X: Mi nombre es Rita, un gusto – respondió chupándose los dedos de la mano derecha y extendiendo la izquierda para que la estrechara. Así lo hice; sus rarezas me volvían loco.

Yo: Rita, un nombre tan lindo como tú.

Rita: No empieces con esas formalidades y cursilerías, esto ya lo habíamos hecho antes.

Me  carcajeé y ella se levantó esbozando una sonrisa.

Yo: ¿Vas a algún lado?

Rita: Voy a visitar a mi abuela, ¿vienes? Espero que sí, allá te puedo pagar el helado. Mi abuela hace galletas deliciosas.

Yo: ¿Galletas? Claro que te acompaño.

Rita: Lo sabía. Vamos, pues. – dijo mientras me levantaba casi a la fuerza y me llevaba con ella.

El camino a la casa de su abuela fue por lo demás, muy divertido. Me sentía tremendamente cómodo con ella y me reí al ver cómo su cara estaba toda cubierta de chocolate.

Rita: ¿De qué te ríes?

Yo: De nada, solo admiraba tu bella cara.

Rita: Pues la tuya no es mucho más linda que digamos, no te burles.

Sonreí por única respuesta y con una servilleta la ayudé a limpiarse. Al igual que mi mano, mis ojos recorrían todo su rostro, poniendo un particular atención en sus labios, de hecho me quedé mirándolos más tiempo de lo normal. Era hermosa…

Ella se dio cuenta de mi interés y no pude evitar sonrojarme.

Rita: Gracias por traerme George.

Yo: No hay de qué, siempre a tus órdenes.

De repente me estaba abrazando, y fue en ese instante en el que me di cuenta de que ya no había marcha atrás. Nunca podría estar más enamorado de nadie, ella era perfecta. Por otro lado, no sabía si a ella le gustaba... era muy improbable.

Rita: George creo que… me estás asfixiando.

George: Oh lo siento – me disculpé soltándola de inmediato. – Creo que debería irme.

Rita: ¿Y las galletas?

George: Más tarde… nos vemos luego Rita.

Rita: De acuerdo…- respondió algo confundida… para luego volver a su habitual desenvolvimiento- De hecho tenemos que vernos, me prometiste unos burritos y realmente espero que no seas de esos que incumplen su palabra.

Le respondí que nunca faltaría una promesa y me despedí con un beso en la mejilla. Fue el momento más bello de mi vida.

(NARRA MARTHA)

Las manos en los bolsillos, el cabello revuelto, la mirada por los cielos… cualquiera que me conociera sabría de inmediato que mis pensamientos no estaban en esta dimensión, ni en ninguna otra que alguien pudiera encontrar. No sabía qué hacer, y definitivamente, no estaba en condiciones de ir a mi casa.

Fue en aquel momento cuando vi a George al lado de una chica y enarqué una ceja, divertida. Entonces era ella de quien él me había hablado la otra noche… bueno sí, era bonita; de hecho ya la había visto antes. Todos los chicos en Liverpool se sentían atraídos por ella, porque era de las que andaban por ahí como si nada las amarrara a la realidad y ¿qué es más seductor que lo que no te presta atención?. Así que George era tremendamente suertudo de tenerla enamorada… porque sí que estaba enamorada, se le notaba a leguas. De hecho, ambos lo estaban; aunque seguramente ninguno se habría dado cuenta. Siempre pasa con las parejas perfectas.

Lo seguí por un momento y mientras esperaba a que se desocupara, me compré un cafe latte y una revista para no aburrirme. Sin embargo me concentré tanto que cuando levanté la vista, George ya no estaba cerca. Aún así no perdí las esperanzas, sabía que estaba con Margarita y por suerte yo tenía un silbato para perros…

Soplé por la boquilla y éste hizo un ruido aparentemente inaudible, pero que hizo que ella saliera corriendo con todo y su amo hacia mí. Por lo brusco del movimiento, George se cayó de cara en el suelo. No pude evitar reírme a carcajadas, pero aún así fui a ayudarlo.

Yo: George… ¿estás… bien? – pude apenas decir entre risas.

George: No te rías, esto se pasa del colmo. Ese animal me odia.

Yo: Pobrecita Margarita… - dije acariciándola – no es su culpa, yo la llamé – y le mostré el silbato.

Me miró con tanto odio que empecé a hiperventilar de los nervios. ¿Cómo podía odiarme alguien tan de repente? Como siempre, entré en shock.

Desperté algo aturdida recostada contra un árbol y lo primero que vi fueron los ojos canela de George mirándome preocupado.

George: La verdad nunca pensé que alguien pudiera reaccionar de forma tan violenta frente al rechazo de la gente.

Martha: Maldición, ¿me desmayé otra vez? No te preocupes, aunque es bastante raro, porque antes lo podía controlar y ahora… bueno, ya ves lo que me pasa.

George: Pero solo te miré mal… digo, has estado en peores situaciones y no has reaccionado así.

Yo: Debe ser el estrés… estos ataques de nervios son incontrolables cuando hay tantas cosas en la cabeza.

George: ¿Qué clase de cosas?

Yo: Nada, sólo cosas. – dije mirando las nubes. La mirada insistente que George me dirigió acabó con mi paciencia y enterré mi cabeza entre las manos.

Yo: Besé a John- murmuré derrotada.

George: ¡¿Qué tú qué?!

Se lo conté todo, desde lo de Mimi hasta lo que obviamente fue más que un beso con John. Cuando terminé, me miraba molesto.

George: ¿Pero él está loco o qué? Eres su H-E-R-M-A-N-A no estuvo bien que hiciera eso. Maldito estúpido, seguro piensa que puede meterse con cualquiera, hasta contigo.

Yo: George, cálmate, no es para tanto. Seguro fue sólo la emoción del momento o yo que sé. John no es así.

Él entrecerró los ojos.

George: ¿Lo estás defendiendo? Martha, por favor dime que no te gustó que pasara lo que pasó.

Su pregunta me tomó desprevenida y abracé mis piernas, nerviosa. Estaba muy confundida, pero no se lo diría, era demasiado hombre para entender lo que pasaba por mi cabeza. Necesitaba hablar con una chica. Necesitaba a Ashley.

Yo: Claro que no, cómo crees.

Me sorprendí cuando me di cuenta que estaba sopesando la veracidad de mis palabras. Al final pareció convencerse de que eran verdad.

George: Me alegra escuchar eso. Ven, levántate y te llevo a tu casa.

Yo: De hecho pensaba visitar a Ashley.

George: Ok, te acompaño.

Yo: No te preocupes, no siempre me voy  a meter en problemas – sonreí – Además pensarán que soy tu chica, y ambos sabemos que no es así.

Él me lanzó una mirada inquisitiva y yo volteé los ojos.

Yo: Te vi con esa chica hace un rato… hacen muy buena pareja. Deberían casarse y tener hijos y…

George: Martha, no empieces con lo de ser la madrina y esas cosas. Además sólo somos amigos.

Yo: Claro, y Elvis es un vagabundo que vive bajo un puente.

Ambos reímos como estúpidos, pero no cambié de tema.

Yo: Mira George, tal vez no sea la persona más experta en el tema, pero se nota a leguas le gustas.

Él abrió los ojos, sorprendido.

George: ¿En serio?

Yo: ¡Que sí! Ahora ve por ella, tigre.

George apenas sí se despidió con un beso en la mejilla y salió a correr, sonriente.

Bueno, otra vez sola, creo que no era tan mala idea ir a hablar con Ashley.

(NARRA STU)

Luego de maldecir a John por el portazo prácticamente en mi nariz, pensé en buscar otra solución para hablar con Martha. Después me ocuparía de averiguar qué demonios le pasaba a Lennon.
Entonces pensé en Ashley y me encaminé a su casa, después de todo eran amigas y debía saber algo. Miré las rosas y los chocolates que traía en la mano. Se los daría como agradecimiento por el favor que me iba a hacer.

Llamé a la puerta y casi enseguida me abrió Ashley. Su sorpresa fue monumental.

Yo: Ashley, qué bueno encontrarte. ¿Cómo estás?

Ashley: S..tu. ¿Qué… qué estás haciendo aquí?- tartamudeó con nerviosismo.

Yo: ¿Te molesta que haya venido?

Ashley: No es eso, es solo que… bueno, jamás esperé verte en mi casa ni en un millón de años.

Yo: Sin embargo, aquí estoy.

Por algún motivo estaba usando mi tono seductor… y al parecer estaba dando resultado, porque se sonrojó violentamente.

Ashley: Bueno pues… pasa. ¿Quieres algo de tomar?

Yo: Gracias, qué amable. Creo que un jugo me vendría bien.

Asintió y se dirigió a la cocina.

Me sentí raro ahí. Era un ambiente totalmente diferente… muy relajado. Me puse a mirar las fotos que había sobre la repisa de la chimenea y una en particular llamó mi atención. La tomé con ambas manos y la miré de cerca. Eran Martha y Ashley en un bosque frondoso; no tendrían más de siete años. Me invadió una ternura increíble.

Ashley: Estábamos en mi casa de campo en unas vacaciones. Nos encantaba atrapar mariposas… - murmuró en mi espalda.

Yo: Te ves adorable en esta foto.

Noté como el rubor coloreaba sus mejillas y ensanché mi sonrisa ante esa reacción. Volví a dejar la foto en su lugar y nos sentamos a la mesa. Luego de darle las gracias por el jugo, empecé a tomármelo lentamente.

Ashley: Ahora sí, dime el porqué de tu visita.

Yo: Martha – respondí en un suspiro. Me miró con suspicacia.

Ashley: ¿En serio la amas? Digo, porque después de lo que pasó hace mucho que no toca el tema.

Me alarmé ante esa respuesta. ¿Era posible…?

Yo: ¿Tú crees que ya me haya superado?

Ashley: Por supuesto, y ahora está con otro chico.

Yo: ¡¿George?!  - casi grité. Y entonces… noté su sonrisa sarcástica. Ah.

Ashley: Qué ingenuo eres, Stu. Ella ni te odia ni te ama… hasta donde yo sé. Claro que justo ahora está concentrada en sus cuadros, que son muy buenos, por cierto.

Yo: Tal vez debería dejarla en paz – dije meditabundo. Ella asintió con una sonrisa de consolación y me levanté para irme. Entonces recordé las flores y los chocolates.

Yo: Toma, esto es para ti. – dije entregándoselas.

Ashley: Gracias, aunque algo me dice que no las compraste pensando en mí.

Yo: Y es una pena que no fuera así.

Ella asintió nuevamente y me acompañó hasta la puerta.

Pero cuando la abrió… casi me desmayo. Ahí estaba Martha, tan radiante como siempre. Me sentí frustrado; ella se limitó a mirarme sorprendida primero y luego con una evidente confusión.

Martha: Hola Ashley, pensé que estarías sola… no importa, puedo volver más tarde.

Ashley: No te preocupes, Stu ya se iba.

Yo: Sí Martha, ya estaba por irme. Adiós, que se diviertan.

Iba saliendo cuando de repente me tomó del brazo.

(NARRA MARTHA)

En cuanto lo vi, sentí una necesidad casi inconsciente de agarrarle el brazo y besarlo de nuevo, que todo fuera como antes. Y estuve cerca de hacerlo.

Yo: Stu, creo que te debo una disculpa.

Stu: Creo que soy yo el que debe disculparse.

Ashley: Y yo creo que los dejo solos. – Dijo exasperada y entró a su casa, cerrando la puerta tras de sí. Ambos reímos y luego él me miró con los ojos brillantes.

Stu: Señorita Lennon, ¿le apetece caminar un rato conmigo? – dijo inclinándose y extendiéndome el brazo como todo un caballero inglés. Me reí.

Yo: Será un placer. – respondí y lo tomé.

El recuerdo de John se movió incómodo entre mis pensamientos, pero lo ignoré. Justo ahora no era tiempo de confusiones inapropiadas.

 Bueno ya, sólo espero que Rita y Aly no se maten entre sí, cualquier duda o reclamo... FUE IDEA DE MÓNICA!  Ah jajaja ok ya, dejo esto así.
Morí con el comentario de Claudia, DIOS! Creí que yo era la pervertida jajajaja muero.
Vale, creo que todo va bien con tu anillo del humor, veamos cómo se ´pone ahora...
Bienvenida Mary! ¿Les conté que mi tocaya escribe divino? Tiene un fic delicioso.

Love you all, dearies, see you next week. 
Lady Mary.



6 comentarios:

  1. Y quién se quedará con Paul o John, o Ringus? :c ok no importa, de todos modos yo no estaba que mataba a aly como lo hacía rita e-e

    gjdksljlsdggfd lo del silbato ... me.. senti ara, verás acabo de soñar con uno(estoyacostadaconpijama,acabodedespertar), pero que lo silbaba varías veces, y sentía el sonido :c tengo miedo(?)

    LO DE ELVIS KDFJGHSJKGHFJKGDKHGDKHSL GEORGE MARGARITA DE ODIA!XDD

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  2. ¿Gane? ._. GANE CARAJO GANE TT_TT *se pone a llorar y abraza a toda su familia llorando y ellos se quedan con cara de ¿que mierda?*

    OK exagero :3 pero gane *0* rayos..me siento tan..hoy es un nuevo dia para mi :'3 me haz alegrado la mañana
    yo no te mataria aly :c dejame sabes que te quiero :3
    yo cuando escuche la palabra del silbato empezo a sonar en mi cabeza :3 siempre pasa...tengo ese instinto animal *0* ñee eso es lo mas mentirosa que puedo sonar :DD

    no puedo creerlo TT_TT me dieron ganas de saltar y de brincar de hecho estoy sola asi que lo podria hacer ._. pero me duelen mis piernas u.u y todo mi cuerpo por razones desconocidas ._.

    YO NO TE MATABA ALY ¬¬ a menos que sintieras mi penetrante mirada asesina hacia ti..ahi si tienes razon :3

    y Stu siempre tan adorable queriendo golpear a george awwww :3 ya me largo que tengo entradas que escribir..si,esta vez quisiera subir diario *0*

    adios mis amadas queridas y....quien sabe que mas escritoras e.e

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  3. Respuestas
    1. OH MY GOD!!!! COMO ES POSIBLE? Y JUSTO AHORA NO TENGO PUESTO EL ANILLO... OK >Yo sabía que eras tú Rita, lo sabía... ok dejo esto así pero que ficti, quien carga un silbato para perros?... nadie exepto que tenga un perro y hasta donde yo sé martha no tiene perros así que dear en serio...
      Ok que tierno george...
      NO VOY A DEJAR QUE STU Y MARTHA ESTÉN JUNTOS!!!!! seee pueden ser uno para el otro pero no me gustaría que le rompan el <3 a martha además después de todo lo que le hizo no puede ser...!!!
      ok duerme dearie love ya <3

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  4. Yo queria que George se enamorara de Martha T-T que decepcion :( ya que, ojala esa chica que conocio, no le rompa el corazon...... presiento que un cambio grande viene y esta involucrado John, ashhh que intriga >.<........ como es eso de que tengo un fic delicioso??, a practicamente nadie le gusta, no digas eso jajajajajajajaja perdon por sorprenderte con eso del matrimonio, es que a mi no me gustan las cosas simples, me gusta el drama, asi que ya veras lo que se viene, va a estar bueno supongo XD suban pronto por favor

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  5. Oh oh, Stuart again, aqui va a ver partida de madres jajajaja ok no pero estaria xD

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