domingo, 10 de marzo de 2013

Look what you've done!


Escuchamos ruidos afuera de mi puerta y volteamos alarmados.

John: ¿Martha? Llegó Mimi. ¿Qué haces? Voy a entrar.

Yo: ¡Va a entrar! Sal de aquí, ¡rápido! – exclamé en susurros y empujé a Stu por la ventana. En último momento se me ocurrió que tal vez la caída lo mataría y miré hacia abajo preocupada. Había caído sobre el tejado.

Yo: Pensé que te había matado – dije con un suspiro de alivio.

Stu: Bueno, tampoco es que haya sido la caída más cómoda – se quejó mientras se ponía en pie y se arreglaba la ropa. El picaporte empezaba a dar vuelta y cerré la ventana, no sin antes gesticular un “¡Lo Siento!” y atrapar un beso volador que me había lanzado.

John: ¿Con quién hablabas?

Yo: Conmigo misma, tú sabes cómo soy, suelo hablar y hablar y hablar sin parar, no es como si alguien hubiera estado aquí, me gusta hablar sola ¿sabes? ¿Ya llegó Mimi?  Qué bien, en un momento bajo, de hecho bajemos ahora, tengo un hambre mortal. – dije tratando de no sonar nerviosa – dudo que haya funcionado- y salí de mi cuarto arrastrando a John conmigo.

John: Ey, ¡con cuidado que eso duele! – dijo soltándose de mi gancho opresivo- ¿Porqué tanto afán? ¿Qué escondes?

Yo: Son demasiadas preguntas, ¿no crees? Suficiente vamos a comer.

Volteó los ojos y nos sentamos a la mesa… Yo sabía que sospechaba algo, pero no lo descubriría. O por lo menos, no por ahora.

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Fui varias veces a los ensayos de The Quarrrymen a la casa de Colin Hanton, el nuevo baterista, y me sorprendió bastante cómo mejoraban cada vez. Digo, no es que fueran la súper banda, pero por lo menos ya no sonaban como un perro persiguiendo una lata vacía.

Ir a sus ensayos incluía soportar los continuos coqueteos de Pete, lo cual era algo molesto, pero ya que a John tampoco le agradaba la idea de que algo pasara entre nosotros, la tortura duraba relativamente poco. Algunos puñetazos y ya, nada inusual.

Bill nunca iba y tras una investigación sigilosa – prácticamente habían irrumpido en su casa – descubrieron que estaba demasiado ocupado con Diane. Obviamente lo echaron de la banda, y del proceso no salió ileso. Lo reemplazaron con Len Garry. Ese chico me caía bien, aunque tocaba desastrosamente.
Nigel Whalley había insistido en ser su “mánager” y ahora tocaban en varios sitios apartados. Me agradaba eso, mantenía a John suficientemente ocupado como para meterse en mis asuntos.


Estaba sentada a la orilla de un lago tratando de pintar un atardecer. Últimamente las tareas, las lecciones de George y todo el asunto de la banda de John me habían tenido muy ocupada como para dedicarle tiempo a Stu o a mí misma. Casi no me veía con él, pero cuando lo hacía, dentro de mí saltaban mariposas, haciendo esos momentos realmente especiales.

Y también momentos como éste, en los que me podía encontrar con mi yo interior. Stu me había enseñado a pintar, a él le fluía como si fuera una extensión de sí mismo en todo su esplendor y pudiera hablar sin necesidad de palabras. Por algún motivo, pasaba algo similar conmigo, aunque mis pinturas eran aún demasiado amateurs; de todas formas me ayudaba a relajarme y a conectarme con mi novio –amaba decir eso- de una forma cósmica.
Lo que comenzó como un boceto a lápiz, se convirtió en un deseo irreprimible de pintar, así que saqué mis pinturas y me dispuse a agregarle vida a mi obra, pues no quería perder los colores exactos de lo que veía. Empecé a dibujarlo todo, los capullos de flores delicadamente ubicados en un lugar perfecto, la imponente copa del árbol sobre el que me recostaba, el sol en todos sus matices y aquella pareja de patos, indiferentes a lo que los rodeaba.

Pero justo en el momento crucial en el que necesitaba toda la paz y el pulso existentes, algo rompió el perfecto equilibrio en el que me encontraba. Ese algo me tumbó al piso junto con todas mis pinturas y siguió corriendo. Bufé irritada y me levanté en busca del causante del caos reinante a mi alrededor. A lo lejos divisé a una enorme Pastor Collie, que había dejado huellas de pintura tras de sí y que jugaba sin que le importara mi creciente enojo.

Estaba a punto de ir directo a ahorcar a ese perro estúpido cuando oí una voz jadeante tras de mí, una voz que conocía bien…

X: ¡Martha! Ayúdame a atraparla.

Yo: ¡Claro que lo haré George, la atraparé para matarla! – escupí con ira y fui tras la perra.

Luego de un correteo rápido logré atraparla y la tumbé al suelo. Obviamente no iba a matarla, solo le daría unas cuantas patadas… o esa era mi intención. En cuanto la tuve cerca contemplé esa inocencia típica perruna y me senté derrotada. Era imposible hacerle daño a algo tan blanco, algo tan hermoso. En eso llegó George.

George: ¡Gracias! En serio que me salvaste, no sé qué habría hecho sin ti. – dijo fatigado y se sentó a mi lado. Miró a la perra y luego me miró a mí, que estaba acariciándola tiernamente y entonces notó que estaba llena de pintura. De hecho, ambas estábamos llenas de pintura.

George: ¡Oh Dios, cuánto lo siento! Te arruinamos la pintura y además te ensuciaste toda. Perdóname, te lo pagaré de alguna forma…- empezó a ponerse nervioso y a hacer gestos con las manos. Yo sonreí divertida y luego lo miré.

Yo: Oh vamos, no pasó nada. Ya habrán otros atardeceres- respondí sonriendo. Él se sonrojó un poco y se disculpó otra vez. Le repetí que no tenía importancia y me dirigí hacia el desastre de pinturas que estaba un poco más allá. Él me siguió, acompañado por la collie y me ayudó a recogerlo. Cuando terminamos, nos sentamos en el pasto y ella se acomodó entre los dos. Suspiramos con alivio.


Yo: Vaya que esta chica puede traer problemas ¿ah? – dije mientras la acariciaba.

George: Sí, la verdad que Margarita puede ser conflictiva – rió y le dio unas palmaditas en el cuello. Ella le lamió la mano.

Yo: ¿Margarita? Qué lindo nombre… ¿Cuánto tiene?

George: Ocho meses…

Yo: Ow, quién es una ternurita, aunque arruinaste mi cuadro perfecto, eso no te lo perdonaré. – dije con una voz tremendamente cursi que terminó en una amenaza bastante terrorífica.

George: Es un animal Martha, no creo que te entienda. Y si lo hace quedará con un trauma psicológico por amenazarla de esa forma.

Martha: ¡Pero qué dices! Es una perrita muy inteligente, obviamente me entiende. ¿Cierto que sí? ¿Sí? ¿Quién me entiende? ¡Tú! – empecé a hacerle cosquillas en el estómago. – Linda, linda Margarita que no se meterá con mis pinturas otra vez.

George: Ok, como tú digas…  - suspiró y se recostó en el árbol. Estuvimos en silencio un rato.

Yo: Amo tu pelaje, es muy suave. ¿Cómo logras que lo mantenga así?

George se enderezó como saliendo de un sueño. En realidad, creo que lo desperté.

George: No tengo la más mínima idea.

Martha: Bueno Margarita, creo que George no es tu verdadero dueño, cuéntame querida, ¿hace cuanto te raptó?

George: ¿De qué hablas? Claro que soy su dueño y te lo puedo probar.

Yo: ¿Ah sí? Hazlo – lo reté acercándome a él. Estábamos tan cerca que podía observarle alma a través de sus ojos. Tenía un alma preciosa. Él volteó el rostro riéndose.

George: No, no puedo. Louise, mi hermana se encarga de cuidarla, yo solo la paseo. Eso no me hace menos dueño que ella, ¿ok?

Yo también me reí. Se estaba haciendo tarde así me levanté y empaqué mis cosas. Él hizo lo mismo y me ayudó.

George: Gracias por la compañía y lamento que Margarita haya arruinado tu pintura. – dijo apenado, con la mano en el cuello.

Yo: No hay problema, de hecho creo que quedó mejor de lo que planeé. – respondí mientras observaba la pintura. De fondo estaba el boceto a lápiz del paisaje y por encima había huellas de perro mezcladas entre sí. Bastante abstracto, pero me gustaba. - Asegúrate de que bañen a Margarita, ella tampoco quedó muy limpia que digamos

George: Estupendo. No te preocupes, quedará como un ángel  – sonrió enseñando sus dientes blancos.



Al llegar a casa encontré el delicioso olor de los raviolis de Mimi que tanto me gustaban y me dirigí como flotando a la cocina. Hasta ese momento no me había dado cuenta del hambre que tenía. Cuando llegué, quité la tapa de la olla y me comí un ravioli. Sólo uno…

Mimi: ¡Martha, deja de comerte los raviolis, no quedará nada! – exclamó afanada y se acercó arrebatándome la tapa y poniéndosela de nuevo a la olla – Además ¡solo mírate! ¿Qué estuviste haciendo en la tarde, disparándote pintura?

Yo: No estaría nada mal para un juego…- dije chupándome los dedos.

Mimi: Bueno, ¿y se puede saber dónde estabas? Es algo tarde ya…

Yo: Estaba con George, le ayudaba con su perrita. – dije sonriendo levemente.

Ella se volteó un segundo y alcanzó a ver mi sonrisa.

Mimi: Me has hablado mucho de George últimamente… ¿no será que te gusta?

Yo: Claro que no, yo ya tengo nov… tengo otros pensamientos como para andar pensando en George. Además te hablo mucho de él porque me dicta clases extra, ¿lo olvidas?

Mimi: Lo que digas. – sonrió sin creerme demasiado – Cámbiate y avísale a John y a Stuart que bajen a comer. Deben tener un hambre voraz.

¿Stuart? El corazón me dio un vuelco al oír su nombre y mi respiración se aceleró exageradamente. Antes de que Mimi notara algo, le respondí un rápido “Sí claro” y  subí con rapidez.

Entré a mi cuarto apurada y me cambié rápidamente, pero olvidé cerrar la puerta…

X: Sí que tienes una linda espalda…

Salté asustada y me cubrí con la camisa que me acababa de quitar. Stuart estaba observándome travieso desde la puerta.

Yo: Me asustaste, ¿lo sabías?

Stu: Lo siento… ¿te dejo tiempo para que te acabes de vestir o dejamos así? – dijo con una sonrisa pícara.
Le sonreí de vuelta y me puse otra camiseta de mi armario sin preocuparme por responder… o cubrirme más. Oí la respiración acelerada de Stu y su carraspeo incómodo. Me carcajeé y puse las manos alrededor de su cuello.

Yo: Lamento decirte que será todo lo que verás… por hoy.

Stu: Oh, es suficiente… por ahora. – dijo con una sonrisa y me besó arrinconándome contra la pared.

Momentos como este me hacían darme cuenta de que no podría amar a nadie más…

(NARRA JOHN)

Apenas oyó los pasos de Martha por la escalera, Stu había salido corriendo para saludarla. No me importó mucho así que bajé para preguntarle a Mimi por la comida.

Yo: ¿Ya está la comida, Mimi?

Ella se volteó y me miró sorprendida.

Mimi: Por supuesto, mandé a Martha a avisarles que bajaran a comer. ¿Dónde está? ¿Y Stu? No estarán profanando mi casa, ¿o sí?

Solté una carcajada y me dirigí a la habitación de Martha. Cuando llegué, golpeé estrepitosamente, pero al primer golpe se había abierto.

Encontré a los dos tórtolos casi devorándose contra la pared.

Yo: Vaya, vaya…

So, here it is. Mis excusas por hacerlas esperar dearies, y disculpas de Mónica también. Estuvimos un poco ocupadas últimamente, pero aquí está, cortito pero sustancioso.

Rita: ¡Aquí está Margarita! No es un gato, pero well, es encantadora. Reclame el shampoo en Peperland, único con esencia de Beatles concentrada (? Y publica pronto! ;)

Valentina: ¡Controla tus hormonas niña, solo tienes diez años! Ya, pobre palito de colombina, déjalo en paz. Gracias por leer princesa, te quiero <3 Y lo de tu personaje háblalo con mónica, ella posee los secretos del universo (? Mua.

Valeria: Siempre confié que leías :') Extrañaba tus comentarios! Lo sé, lo sé, todas deseamos un Stu <3 En cuanto a tus dudas... asdkfjasñkdf :D

Natural Art (alias Sánchez): Lo sé, somos perfectas, alábanos (? JAJA gracias por leer y comentar, dearie, me hiciste pensar sobre mi futuro...

Aly: YOU ARE HERE! Sabía que vendrías, puedo morir en paz (? Aquí tienes, puro George para ti, y aparecerás yo lo sé, amenazaré a Mónica! :D  Jajaja envía el dibujo ^^ Y luego hablamos de los personajes... nos apareceremos por tu fic ! 

Bye princesas de chocolate con albóndigas, duerman mucho.


5 comentarios:

  1. Ahhhh por fin!!!!!!! (realmente la bateria ya se cargó hace media hora)PERO DEAR, si que escribes bien!!!! y claro con tu ayuda mi hermanita querida, linda, hermosa, la mejor escritora- redactora- del mundo... con estos halagos espero motivarte a que subas mas pronto
    horas: 10:31
    Me encantó y es justo como para poner una excusa de que la batería se esta cargando, tan corto, tan dudoso, tan hermoso
    Realmente estoy orgullosa:')

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  2. ¿GEORGE PARA MI? B: Aw yeah :$ es tan comestible, dfjgkhgjflds

    Encontré a los dos tórtolos casi devorándose contra la pared.

    JOHN! ¡JOHN! va joder a martha, e-e pero es que martha es tan ruda(?) hfdjkhjglds :'3 ese pete es todo un loquillo, pero.. e-e mimi, a martha no le gusta george, creo(?) o: hdjfhgdjkghkdfs que me haga clases a mi :c

    Sí!, pasen por mi fic, volveré a escribir, me hice unas vacaciones jaja :D fdhjkgdgls pero ya acabaron .. :okay:

    ¿Tienes feisbuk? :c

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  3. aly malidta sea ¿quien se toma vacaciones de escribir? ¬¬ ok ya e_e yo no me tomo..que sea una lenta escribiendo es otra cosa ¬¬
    pero yo queria a george :c y yo lo pedi primero TT_TT monica Te amo...ok ya no puedo sobornar a alguien con eso ¿o si? shajksaasd,
    esa margarita es un desmadre *0* es tan bonita esa margarita... tan sensual *0* ok no ._.
    a martha le debe de gustar george,....porque..bueno es george,nadie se resiste a george ¬¬
    martha...no sabes actuar...porque si supieras actuar..john no te descubriria jijijiji xDD me esa risa me da cosa ._.
    bueno..ojala esten bien :3
    pronto tomare el proximo viaje a pepperland,solo espero que el shampoo no este caro :okay:
    saludos :B

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  4. Holaa! ¿De verdad extrañabas mis comentarios? *,* Yo pensé que ya me habías olvidado u.u jaja
    ¡Que bonita Margarita! :'33 me medio recuerda a Lassie jajaja y cuando recuerdo a Lassie, recuerdo a Paul en AHDN cuando dice "Vamos muchachos, dejemosle su perrera a Lassie" *w*
    John los atrapo con las manos en la masa 1313 jaja ¿Que pasara? intriga mode on... Por que les gustara dejarnos con tanta intriga, tan divertido es?¬¬
    Gracias por resolver mis dudas, aquí de dejo una respuesta: Asljfsgvfdiamoapaulxdjkjssjgy ;)
    SUBAAAN! Saludos :DD

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  5. Awww margarita que tierna <3 esta toda lindaaa!! jajaja y ese John bien pinche inoportuno xDDD

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